Mi silencio no me protegió. Tu silencio no te protegerá(Audre Lorde)
El 28 de septiembre pasado, en el marco del “Día de Acción Global por un aborto legal y seguro”, colectivos de mujeres se dieron cita en diferentes puntos de la CDMX con la intención de manifestarse a favor del aborto.
La manifestación no fue posible como se planeó, sin embargo, como en la mayoría de las veces, para las marchas feministas no faltaron las notas periodísticas que destacan cuántos vidrios se rompieron, aunque de fondo, las manifestantes comprometidas estén intentando sensibilizar sociedad y gobierno, ante un grave problema de salud pública que progresa y profundiza las desigualdades sociales y de género.
Y es que, de acuerdo con las cifras del INEGI, el 54% de las mujeres indígenas han sido madres en su adolescencia y una de cada dos de ellas, inició su vida sexual entre los 12 y los 19 años, de manera forzada y resultando embarazada. Por si el contexto anterior fuera menor, una de cada dos de esas mujeres también es víctima de muerte materna.
La anterior es solo una de las diversas historias y razones que se tejen alrededor del controversial tema que pugna por el derecho a decidir de cualquier mujer en edad reproductiva.
Ante las circunstancias en las que se llevan a cabo las marchas en la capital del país, se requiere de valor para salir a manifestarse. Reconozco los frentes de mujeres que, con empatía y convicción salen a exigir mejores condiciones de vida que nos benefician a todas, no es solo salir a portar una pañoleta color verde para exigir un derecho de salud, sino comprometerse con la petición de justicia e igualdad.
Ojalá seamos portavoces no de un día exclusivo al año, sino mujeres empáticas con otras mujeres, con perspectiva de género y solidaridad perdurable; mujeres que respetamos y aceptamos incluso el apoyo de otras mujeres que se han nombrado y asumido así, sin que el sexo asignado al nacer corresponda con la norma sexogenérica.
Ojalá también la mirada gubernamental se desvié de los muros pintados y dirija su atención a las desigualdades sociales que apelan por un gobierno abierto y participativo en el marco de los mecanismos que pretenden abatir asimetrías sociales y de género.
Patricia Sánchez Jiménez
Pedagoga y Mtra. en A.P.
Aliada LGBT+
Colaboradora de Integridad Ciudadana