Ya son muchas las ocasiones reiteradas que el secretario del Gobierno visita la Cámara Alta. Eso ha trascendido luego de que Adán Augusto visitará el epicentro del legislativo y fuese recibido, como es una costumbre, por el propio senador Ricardo Monreal.
Esto llama poderosamente la atención. Es sabido que, entre ambos, hay una relación sólida de amistad y los liga, en estos instantes, una enorme responsabilidad en la llamada Cuarta Transformación. Hasta ahí, no tenemos dudas de que la labor es, como ha sido siempre, ardua y álgida en los momentos donde se requiere mayor esfuerzo en los temas de la política del país.
Este es uno de ellos: hay en puerta dos temas fundamentales en vísperas de la organización de su análisis y debate en parlamento abierto. Se trata de la miscelánea fiscal y el proyecto de Reforma Eléctrica que envió el presidente López Obrador.
Eso es más que suficiente para estar al pendiente y mostrar, como fiel a su costumbre, mucho respaldo y comunicación entre los poderes de la nación. Ahí, Ricardo y Adán, han dado muestras eficientes. Pero, ¿qué hay más allá?, ¿por qué Adán va tanto al Senado? Olga Sánchez no lo hizo, al menos no tenemos registro antes de dejar Bucareli, en cambio, Augusto sí, y en reiteradas ocasiones.
Quizá muchos verán desde adentro la buena relación que es inocultable. Por ello, repito, es posible que las ocasiones reiteradas sean, hasta hoy, la preocupación latente de Palacio Nacional por la agenda legislativa, aunque, en cuanto a esto— saben perfectamente que— los operadores políticos, en especial Ricardo Monreal, han dado resultados positivos. Él, en el senado, es eficaz y eficiente; lo mismo conciliador y negociador y, su influencia, es infalible.
Lo que sucede, entonces, es que el propio secretario de Gobierno cree firmemente que Ricardo Monreal es ampliamente favorito para quedarse con la candidatura de Morena. Las visitas nos llevan a confirmar que, al menos, eso está en la mente del titular de Bucareli.
Eso no lo pueden poner en duda, máxime cuando el propio presidente adelantó la sucesión presidencial. He ahí la palanca que mueve al secretario de Gobierno. Muy a menudo lo vemos en la Cámara Alta— sonriente con Ricardo Monreal y, al final de todo, nos da la impresión que son señales inequívocas donde podemos sacar muchas conclusiones.
Con el poder político que posee el senador Ricardo Monreal es más que suficiente para poder ir adelantando un posible escenario.
A pesar de que nadie puede señalar ni asegurar con exactitud lo que pasará en 2024— si hay, hasta este instante, un mensaje descifrable que en la mente del presidente Obrador está el coordinador de los senadores de Morena.
Adán Augusto es un hombre de todas las confianzas del presidente y puede ser, en estos momentos, un interlocutor o un árbitro que lleve a buen curso la contienda interna de Morena. No obstante, bajo las circunstancias como se están llevando las visitas seguidas de Adán Augusto al Senado de la República nos hace pensar que, en 2024, Adán Augusto piensa seriamente en Ricardo Monreal, eso sí, con amplio respaldo del jefe del ejecutivo federal.
A pesar de que Adán Augusto se mueve con más libertad y tiene, de acuerdo con las versiones, mayor capacidad de decisiones por órdenes del mandatario federal— es un hecho que nada, absolutamente nada se menea sin el visto bueno del presidente López Obrador. Ojo en eso.