Banamex, lo mejor que le puso pasar es que no lo comprara el gobierno

Si algo debemos reconocer es que el actual gobierno mexicano incluso parece tener suerte en diversas ocasiones, pareciera como sin las estrellas se le alinearan o como si una fuerza superior lo determinara, en cierto palacio dirán que es: el pueblo.

Pero lo cierto es que también han sucedido cosas positivas, para beneficio de lo que no ha sido tocado por la administración, un caso concreto es Banamex.

El histórico banco mexicano estuvo a punto de ser adquirido por el gobierno, cuando en su afán de centralizar la economía se asumió que el banco no debería ser vendido a inversionistas extranjeros, de hecho el gobierno advirtió que no daría su aval ante el anuncio que hizo Citigroup de vender su negocio de banca minorista, es decir Banamex en México.

Los empresarios más importantes del país pensaron en pujar por la histórica institución, pero no tuvieron suerte o más bien no se animaron.

Carlos Slim, el empresario más acaudalado de México y América latina, con una fortuna actualizada de más de 100,000 millones de dólares, de plano dijo que el banco estaba muy caro y no pensaba pagar lo que se pedía por él, suma que nunca se conoció.

Con Germán Larrea, el segundo empresario más rico de México, sucedió algo extraño, hay muchas sospechas sobre las verdaderas razones por las que no adquirió el banco, o por las que no se lo vendieron.

Llegó un momento en el que se consideraba un hecho la compra de Banamex por parte de Germán Larrea, medios de comunicación y el medio bancario consideró incluso que únicamente se requería que el empresario sacara la chequera y entregara el cheque, o hiciera la transferencia por la cantidad acordada, todo estaba “planchado”, como decimos en México.

Pero algo pasó, de pronto la información dejó de fluir y con el paso de los días se conoció la noticia, el empresario no compraría el banco. Dicen las malas lenguas que la mala relación de Germán Larrea con la actual administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, fue determinante, la animadversión mutua impidió que la negociación avanzara y que desde cierto palacio ubicado en cierta ciudad capital de un país norteamericano, presionaron a las huestes de Citigroup para que no se le vendiera el banco, amenazando incluso con no dar la autorización respectiva, pese a tratarse de un empresario mexicano.

Por suerte había más opciones; en un inicio se pensó que la anunciada por Citigroup, es decir la venta de Banamex en bolsa, fue la última y la peor, pero quizás resultó la mejor.

Hoy Banamex está listo para enfrentar una nueva era, y quizás sea una gran era, a juzgar por lo dicho por sus principales líderes en la plenaria del banco, llevada a cabo este jueves en la capital mexicana.

Jane Fraser, CEO de Citigroup, la principal ejecutiva global de la institución, señalo lo siguiente: “Banamex seguirá atendiendo a los segmentos de consumo, y empresas pequeñas y medianas en México. A medida que hemos avanzado en el camino de la separación, hemos anunciado quiénes serán los líderes de ambos bancos. Bajo su liderazgo, confío en que ambas instituciones financieras estarán preparadas para atender a sus respectivos clientes con excelencia.

Quiero asegurarles que, a pesar de estos cambios, nuestro compromiso con México es inquebrantable. México tiene un futuro brillante”.

Por su parte, Ernesto Torre Cantú, director general internacional de Citi, dijo lo siguiente: “La separación de lo que será Citi México del actual Citibanamex, es un hito que marca el fin de una época. El contexto y las circunstancias han cambiado; la convicción y el compromiso con México, no. Dos décadas después, sabemos que es momento de continuar con la magnífica historia de cada institución por separado, para que sean más competitivas y sirvan mejor a sus clientes, como lo exigen los tiempos.

Vemos liderazgo que el país está desempeñando en la reconfiguración de las cadenas globales de producción y suministro, así como en los flujos comerciales y de inversión.

Y esto tiene un enorme potencial para el crecimiento y el desarrollo del país”, expresó.

Si Banamex hubiera caído en las manos del gobierno la historia sería muy distinta, y si quieren saber qué le hubiera pasado los invito amables lectores a recordar y en su caso investigar lo que le pasó a la banca en los oscuros años de la estatización, entre septiembre de 1982 y el año 1992.

Sin duda, lo menor que le pudo suceder a Banamex es no haber sido adquirido por el gobierno, en hora buena, no se sabe si hubiera soportado una estatización más.