Este nuevo concepto se refiere al carbono (CO2) capturado y almacenado en troncos, raíces, hojas, madera muerta y sedimento de ecosistemas marino-costeros. En el contexto del fenómeno antropogénico de cambio climático o mejor dicho del calentamiento global, debo señalar que junto con los suelos agrícolas del planeta y toda la corteza vegetal, como matorrales, bosques y selvas estos ecosistemas marino-costeros ocupan un lugar preponderante dentro de los sistemas naturales de captura de carbono.
Los manglares, pastos marinos y marismas salobres son los que capturan y almacenan este carbono orgánico que ahora denominamos carbono azul. Los manglares son bosques y matorrales que crecen en áreas intermareales de regiones costeras tropicales y subtropicales que nos ayuda a atenuar el oleaje, amortiguan el impacto de tormentas y lo más importante son los sitios de reproducción, anidación y crecimiento de peces, crustáceos, moluscos y aves. Les proveen su alimento y refugio a enormes poblaciones de peces y aves. También son un sumidero natural de contaminantes. Los pastos marinos son plantas submarinas que se enraízan en los sedimentos de estuarios cuyo crecimiento depende de la luz que penetra la columna de agua. Nos ayudan a filtrar el agua haciéndola más clara y también son el hábitat y soporte alimentario de muchas especies y evitan la erosión de las playas. Y como resultado de del estudio de “Mitigación al cambio climático y protección de sumideros de Carbono Azul en Yum Balam: Fase de Análisis” podemos decir que los pastos marinos pueden acumular hasta 1.8 ton. de carbono por hectárea en los tallos de pasto y las raíces y hasta 233.0 ton. de carbono por hectárea de sedimento. Y los manglares, más importantes, pueden almacenar hasta 43.0 ton. de carbono por hectárea en su tronco y raíces y hasta 707.0 ton. de carbono por hectárea en el sedimento.
El Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam (Isla Holbox) es uno de los sumideros de carbono azul más importantes que tiene nuestro país que alberga 6,500 hectáreas de manglares y 24,400 hectáreas de pastos marinos. En total estos dos ecosistemas almacenan 39.0 millones de ton. de carbono azul (CO2). Por esta invaluable e indispensable función debemos conservarlos.
Es urgente detener su degradación ocasionada por el cambio de uso del suelo del desmedido y voraz desarrollo urbano-turístico. Porque al perderlos, liberamos a la biósfera este CO2 que almacenan desde hace cientos de años.
*Carlos Alvarez Flores, Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C.
Experto en Gestión de Residuos y Cambio Climático
www.carlosalvarezflores.com y Twitter @calvarezflores