Columnas
Como ya lo habíamos comentado en este espacio, el panel de solución de controversias del Tratado México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC) falló a favor de Estados Unidos al negar la prohibición del maíz genéticamente modificado o transgénico, por lo que dicho país podrá seguir exportando este tipo de granos a México.
A todas luces era evidente que México perdería el panel, ya que nuestro país carecía y sigue careciendo de las bases científicas necesarias para respaldar la prohibiciòn de la importación de maíz transgénico (lo cual no se ha logrado al momento). Solo bastaba ver el matiz ideológico con el que Elena Álvarez Buylla manejó el enconces Conacyt el sexenio pasado.
El resultado concluyó de manera tajante que “las medidas de México no se basan en la ciencia y socavan el acceso al mercado que México acordó proporcionar en el T-MEC”.
Incluso, el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, aseguró que la medida implementada por el Gobierno de México estaba en contra de décadas de evidencia que han demostrado seguridad en la biotecnología agrícola.
Es importante destacar también que, sin este tipo de productos, difícilmente el sector primario mexicano podríacompetir a nivel nacional e internacional, recordemos que el maíz transgénico amarillo es base para la alimentación del sector pecuario e insumo para otras industrias.
No olvidemos que la mayoría de las semillas que se comercializan en el mundo han sido modificadas genéticamente para darles mayor vida de anaquel, incrementar su producción y aumentar su resistencia a plagas y enfermedades, entre otros factores.
El problema resulta cuando son semillas que traen algún candado genético, que no permiten su reproducción o son exclusivas de algún productor internacional.
Si bien es de primordial importancia conservar los maíces nativos, deben existir apoyos especiales y mercados específicos y no quedar sólo en el discurso vacío de que “sin maíz no hay país”. La realidad es que sin estímulos no habrá maíz originario, ya que el consumidor no está dispuesto a pagar más por este tipo de productos.
Si realmente el Gobierno de México quiere proteger la salud de los mexicanos, debe fomentar la producción nacional de variedades de maíz como el rojo o el azul, que tienen un alto contenido de proteínas y ofrecen beneficios para la digestión.
Pero para ello se requiere presupuesto que, como se aprecia, no habrá al menos en los siguientes años, debido a los compromisos adquiridos en el sexenio anterior.
• Un 2025 complicado para el campo mexicano
En este año siguen presentes temas que llegaron para quedarse, como el cambio climático y la incertidumbre internacional, marcada por el inicio del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos.
En reiteradas ocasiones hemos dicho en este espacio que nuestro campo requiere de infraestructura y equipamiento para seguir creciendo y afrontando los nuevos retos si en verdad se busca alcanzar la autosuficiencia alimentaria y competir de manera exitosa con otros países. Veremos como irá fluyendo la nueva política agroalimentaria y confiamos que será para bien.
Démosle duro en favor de nuestro sector, cada quien desde nuestras trincheras
Feliz año 2025
LUIS P. CUANALO ARAUJO
Especialistas del sector agropecuario
Presidente del Colegio de Ingenieros Agroindustriales de México, A.C
Instagram: @luiscuanalo