Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas la relación con Estados Unidos quedó lastimada. Tal distanciamiento permite al gobierno adoptar políticas sociales y cierta intromisión de mensajes propagandísticos de los alemanes, pues la posición geográfica de México trata de ser aprovechada por los nazis. No obstante, cuando Manuel Ávila Camacho gana las elecciones en 1940 la política exterior cambia claramente a favor de Estados Unidos y de la causa aliada.
Debido a la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos desarrolla una
política conocida como Buen vecino, que tenía que ver con tratar de integrar a Latinoamérica a sus costumbres y practicas sociales. Es por ello que la administración de Roosevelt trata de consolidar el apoyo a Latinoamérica con el discurso de la “defensa hemisférica”, y al mismo tiempo busca ganar el apoyo de los ciudadanos estadounidenses.
Para esta política consideraron el poder del cine como medio predilecto y produjeron filmes educativos, noticiarios y documentales de la
mano de Hollywood que buscaron retratar a:
“Latinoamérica como moderno y avanzado, y la interpretación del New Deal con el nuevo estilo de las reformas sociales en la región. Las imágenes más comunes usadas para representar el progreso y la modernidad fueron construcciones tomadas de departamentos altos, hospitales, oficinas de gobierno, universidades, rascacielos corporativos e incluso prisiones”. (Gisela Kramer y Ursula Prutsch, ¡Américas unidas!, Madrid, 2012, p. 89. )
Durante el gobierno de Ávila Camacho, México y Estados Unidos
pudieron llegar a un acuerdo que pondría fin a las confrontaciones suscitadas por la expropiación petrolera. México tuvo que pagar 40 millones de dólares, pero Washington le otorga un crédito por una suma similar para estabilizar el peso. El objetivo fue fortalecer las relaciones entre los gobiernos y uno de los mecanismos de difusión fue el cine mexicano, el fue requerido para fomentar el panamericanismo.
Debido a esta nueva alianza, en 1940, surge por orden del presidente Roosevelt, la OCAIA, a cargo de Nelson Rockefeller. La cual sigue la
política del “Buen vecino” con las principales funciones de organizar la
propaganda norteamericana en América Latina en colaboración con el Departamento de Estado y proporcionar ayuda financiera a todos los países latinoamericanos. En el caso de México la ayuda fue económica y de capacitación técnica en diversos terrenos de las industrias, dicha alianza beneficia al cine mexicano en:
El auge favorecido por la ayuda económica y técnica norteamericana,
pero las películas mexicanas de la época (o sea las del sexenio -1940 a 1946- del presidente Manuel Ávila Camacho) hicieron poco aprecio de una contribución militar simbólica. En cambio Hollywood ponderó por diversas vías la alianza de México con Estados Unidos y no dejó de registrar en sus películas de propaganda bélica una gran contribución al esfuerzo militar norteamericano: más de un tercio de millón de chicanos se enlistó en la infantería, la marina y la aviación de los Estados Unidos.
(Emilio García R., México visto por el extranjero, México, Ediciones Era,
1988, p. 13. )
Muestras de que hubo un favoritismo a favor de México y su cine
fue que el país del norte negó su apoyo al cine argentino, competidor natural de México, en el mercado latinoamericano; se fundó el Banco Cinematográfico (1942), se afinó el dispositivo de distribución y exhibición; se inundó el mercado latino de películas mexicanas; se favoreció la promoción de las primeras grandes figuras de nuestro cine: Cantinflas, Negrete, María Félix, Arturo de Córdova, Armendáriz, Dolores del Río, así como brindar oportunidades a nuevos realizadores Emilio Fernández, Julio Bracho, Roberto Gavaldón y se aumentó el número de películas producidas en México y se colocó a la vanguardia del cine en castellano.
Ojalá Estados Unidos nos vuelva a querer y comprenda que nuestra vecindad es más poderosa que cualquier tratado o guerra comercial.
•@jimenaladu