El martes compareció por segunda ocasión Genaro García Luna en la Corte Federal de Nueva York, lució menos mal, menos desaliñado, menos intranquilo y hasta pareció que se está acostumbrando a su realidad actual, la reclusión.
El que fuera considerado como el súper policía en el Calderonato aplica el dicho “al mal tiempo, buena cara”, y acudió ante el juez Brian Cogan, acompañado únicamente de su defensor de oficio Cesar de Castro, nadie del prestigiado bufete jurídico Quinn Emanuel Urquhart& Sullivan, conocido por las grandes cuentas económicas que cobra.
Los activos de García Luna, tanto en México como en Estados Unidos, están congelados y parece que esta es la razón principal para no tener todo un equipo jurídico en su defensa. Además, llamó la atención que ni su esposa ni sus hijos se hayan presentado a la audiencia. Sin embargo, no todo fue malo, el presunto acusado portó ropa de su talla, el cabello recortado y en esta ocasión participó en la audiencia sin esposas, ni cadenas sólo fue flanqueado por 2 elementos de seguridad.
Su abogado defensor De Castro señaló que no hay intención de su defendido de querer llegar a un acuerdo con el gobierno estadunidense, sin embargo, no podemos decir que ésta sea la posición final del expolítico mexicano. Muchas sorpresas deparan en este juicio tanto de la Fiscalía General, como del mismo García Luna, sobre todo en los próximos meses ya que el juez Cogan, dio 30 días para que se presenten las “toneladas de pruebas” (escrituras inmobiliarias, correos electrónicos, transcripciones de llamadas telefónicas), que dice la fiscalía tener.
Tres abogados se encargaron de la defensa de García Luna, desde que fue detenido el 9 de diciembre, Lauren Dickie, exfiscal del Departamento de Justicia; el mexicano Martín Cano y el colombo-estadunidense, Juan Pablo Morillo, éste último manifestó públicamente también, que el exsecretario no tiene la intención de declararse culpable, que quiere defenderse y, no está entre sus planes un acuerdo ni con el gobierno estadunidense, ni con el mexicano.
Cabe destacar que la especialidad del bufete citado “Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan” no es defender a acusados de narcotráfico, sí ha llevado casos de personas que se encuentran en la “lista negra” de la Oficina de Control de Activos Extranjeros que, por razones de terrorismo, narcotráfico o defraudación, representan un riesgo para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Genaro García Luna por sus antecedentes políticos es una figura de relevancia para este despacho legal, distinguido por tener como clientes a personalidades como el comediante Bill Cosby, condenado por abuso sexual y quien pagó al bufete 8.5 millones de dólares por 11 mil horas de defensoría legal a lo largo de nueve meses.