Detener la maldad humana

Columnas viernes 22 de mayo de 2020 -

El mundo ya no será el mismo después de esta pandemia que dejó al descubierto la fragilidad de los sistemas de Salud que, en muchos casos, se vieron rebasados por la cantidad de gente infectada y por los decesos de centenas de miles de personas. Lo que llaman la nueva realidad será convivir con cubrebocas de por medio y el constante temor de enfermarse porque el coronavirus llegó para quedarse.

Fue un antes y un después para los humanos, la pregunta es ¿entendimos el mensaje? Y la hago no sólo para quienes nos gobiernan con infinidad de fallas, sino también para nosotros como ciudadanos de un planeta que ha resistido los tratos más crueles y con todo y eso se ha portado benévolo ante tanta destrucción y maltrato.

Definitivamente el mundo ya no será igual pero lamentablemente tampoco será mejor. Las muertes de quienes padecieron Covid-19 quedaran solo en una estadística fría y quizá hasta sea vista por quienes nos gobiernan como necesarias ante la cantidad de personas que poblamos el planeta Tierra.

Por ahí escuché decir que las y los viejos representan para los gobiernos una carga económica innecesaria porque dejaron de ser productivos y ahora en lugar de recibir hay que darles servicio médico gratuito con todo y medicinas y para colmo hasta pensión cuando se trata de que paguen con lo único valioso que tienen: su voto.

Tampoco será mejor porque en el mundo nos gobiernan hombres ambiciosos, déspotas, insensibles y enfermos de poder que ya preparan venganzas para quienes, dicen, fueron los culpables de esta pandemia que generó olvídense de los muertos, sino las pérdidas millonarias de los negocios, la quiebra de micro y medianas empresas y el brutal desempleo de millones de personas.

No será mejor porque hay líderes necios y egocéntricos que gobiernan con caprichos más que con la razón, pero sobre todo, administran un país con resentimiento y odio hacia quienes no piensan igual; a ellos, a los enemigos de un sistema hay que destruirlos utilizando la propia ley modificada a modo para sus desquites.

El mundo que estaba mal será para muchos seres vivos peor: se mantendrán las matanzas de animales exóticos para su venta, se les privará de su libertad para esclavizarlos en zoológicos, exhibiéndolos como criaturas animales, asesinaran con crueldad infinita a los de consumo y seguirá la explotación, el abandono, maltrato y exterminio de los llamados de compañía: perros y gatos.

Nuestro entorno, ahora si me refiero a México, estará marcado por decisiones equivocadas que amenazan con acrecentar la pobreza y se ensuciarán aún más nuestros mares, tierras y el aire que respiramos.

Y no, no amanecí pesimista, desperté mirando a través de la ventana el cielo entre azul y gris y me sentí terriblemente impotente porque sé que mis palabras no son un arma suficiente para detener la maldad humana.