Delfina Gómez protestó como gobernadora del Estado de México. Su triunfo puso fin a un siglo de dominio del Grupo Atlacomulco en la entidad más poblada y la segunda en importancia en el país.
Lo hizo ante el Presidente Andrés Manuel López Obrador y el último gobernador priísta, Alfredo del Mazo González. AMLO no pudo ocultar su satisfacción y habló fuera de protocolo. Reconoció a Alfredo del Mazo mantenerse al margen del proceso electoral y recordó que Enrique Peña Nieto respetó la voluntad popular en 2018. Dijo que eso nunca lo va a olvidar. El que entendió, entendió.
Patéticos los priístas y algunos formadores de opinión, que reclaman, al ahora exgobernador Del Mazo el que haya respetado la ley. Reprochan que no haya desviado recursos a la campaña priista; le reprochan que no haya puesto al servició de Alejandra del Moral el aparato del Estado. ¡Bonita manera de defender la democracia!
Seis años después, David venció a Goliat. La narrativa es simple y elocuente: la maestra de una primaria de Texcoco, que en su segundo intento derrotó al grupo político más poderosos del otrora partido en el Poder. ¿Qué tanto cambió Delfina en seis años? Ella no cambio, cambio el contexto. Hace seis años fue oposición; ahora es una de las integrantes destacadas del partido en el poder. Para AMLO, Delfina Gómez representa todo lo que su movimiento debe aspirara. El pueblo bueno al poder.
Ganar fue difícil. Viene lo más complicado: gobernar la entidad más compleja del país. Pasar de las buenas intenciones a las acciones de gobierno. De las promesas de campaña a los planes ejecutivos y reglas de operación. De las necesidades de la sociedad a los obstáculos burocráticos y las intrigas palaciegas.
En su mensaje de toma de posesión, Delfina Gómez definió el perfil e sus gobierno. Básicamente es replicar el gobierno de AMLO en el Edomex. Este es un buen principio, pero no basta. Como Gobernadora, Delfina Gómez debe demostrar mayor capacidad y liberazgo de los que mostró como senadora, coordinadora de los programas de bienestar y por supuesto, como Secretaria de Educación.
Muy rápido debe asumir las riendas del gobierno. En el Estado de México la gobernabilidad está sujeta con alfileres. Delfina Gómez debe definir las bases de la gobernabilidad con los poderes formales y fácticos que operan en el territorio mexiquense. Sus secretarios de Seguridad y de Gobernación deben establecer comunicación y coordinación inmediata con la Guardia Nacional, Marina y Ejército para evitar que la plaza se les caliente.
De inmediato debe aprobar una importante reforma a la estructura de gobierno para hacerla austera, eficiente y transparente. Eso pienso yo, ¿usted que opina? La política es de bronce.