Óscar Roa
Hace un mes escribí “El invierno se acerca…”, la columna planteaba la necesidad de dejar atrás los pleitos de poder, para hacer un frente común a lo que está por venirse.
Hoy quiero decirles “el invierno está aquí”; sólo nos queda tomar conciencia y resignación por los seres queridos que hemos perdido y los que estamos por perder por el Covid, el crimen, la diabetes, pero en especial por nuestra negligencia.
La muerte es lo más certero en la vida desde que nacemos, cada día vamos muriendo. México desde su historia prehispánica tiene una especial fascinación por este concepto; también, en el mundo occidental a habido una serie de conquistas las cuales significaron muertes masivas, y si vamos mas atrás llegaremos a la conclusión que los seres humanos somos violentos por naturaleza, desde el inicio de nuestra especie como homo sapiens sapiens.
Lo anterior viene como preámbulo de lo que ya estamos viviendo, tenemos Wall Street cotizando el ¡agua!, es el presagio de las películas futuristas, el tiempo nos alcanzó. Es increíble como estamos condenados a la extinción, no escuchamos los gritos de líderes mundiales, los ecologistas se cansaron de mostrarnos las evidencias sobre las consecuencias del cambio climático en los próximos años, aún tomando las medidas acordadas por todos. En lo personal, es como si viera que van a atropellar a una persona, lo cual podría evitarse si alguien les avisara, pero tu no puedes porque aún gritando no te escucharían… esa sensación de desesperación es lo que siento y mi intento por evitarlo es escribir a ustedes.
En el ámbito internacional, siguen las guerras, continúan países contaminando, las transnacionales controlando la información a fin que nadie se dé cuenta de las alertas mundiales las cuales van en contra de sus intereses; en la región, se sigue comprando la idea del sueño americano, más bien norteamericano, con todo lo que significa para los migrantes llegar allá.
Pero lo que más me molesta es el actuar de las clases dominantes del país, esas personas vanas, consumistas, discriminadoras que odian lo mexicano y se postran ante lo extranjero, permitiendo toda clase de vejaciones a México; también me desespera la ignorancia y la apatía de los pobres, los cuales permiten ser pisoteados todo el tiempo con tal de obtener una despensa o una limosna.
El neoliberalismo se encargo de exterminar a la clase media, la pensante, aquellas personas preparadas las cuales dilucidaban correctamente las acciones en contra de nuestro país, mismas que podían frenar cualquier intentona de entregar al país a intereses ajenos; tardó 40 años diezmar a esa clase y ahora los pocos que quedamos estamos siendo perseguidos por los nuevos Torquemada.
EN POSITIVO, mi generación, los de arriba de 50 años, podemos influir en los de 30 y 40 para dar oportunidad a los de 20 años, ya que ellos estarán al mando de México en los momentos más difíciles.
@JefeMaestro01
@oscarroaflores