Las manifestaciones sociales están hechas para incomodar, si o sí. Las revueltas sociales son el extremo de las manifestaciones, casi siempre nacientes de la omisión por parte de las autoridades. Una revuelta social funciona como sinónimo de caos, de violencia, de sangre e incluso de pérdidas humanas.
1968 fue un año tremendamente convulso para el mundo: manifestaciones violentas en Francia, Polonia, México y Estados Unidos, por mencionar algunos, ya fuera por motivos estudiantiles, laborales o para exigir la terminación de la guerra que Estados Unidos libraba contra Vietnam, que para esa fecha aún faltaba mucho por acabar. La guerra acabo formalmente en 1975.
El sobrado de talento guionista y director Aaron Sorkin decide llevar a las pantallas El juicio de los siete de chicago, filme que retrata la historia de diversos personajes activistas norteamericanos acusados de conspiración, cuando en realidad lo que había sucedido es que desde diferentes grupos activistas exigían la detención de la guerra que sostenía su país, y la cual, no solo lo empobrecía, sino que generaba muertes masivamente alrededor del mundo. Estados unidos, se había liberado de gran parte de su patriotismo enfermizo después de ver los estragos de las dos guerras mundiales anteriores y el asesinato de sus líderes políticos más queridos como Martin Lutter King.
Sorkin se reviste de sendos actores que sin lugar a dudas son los que le da un extra favorecedor al filme asumiendo los personajes de Tom Hayden ( Eddie Redmayne ) y Rennie Davis ( Alex Sharp ) fomentan las protestas pacíficas señalando la cantidad de muertos que genera la guerra dia con dia. Abbie Hoffman ( Sacha Baron Cohen ) y Jerry Rubin ( Jeremy Strong ) tiene el mismo enfoque pero sin la delicadeza d los anteriores, mezclando el humor y las burlas a la autoridad como bandera principal. David Dellinger ( John Carroll Lynch) padre de familia que considera que es un deber patriótico manifestarse de manera calmada y por ultimo Bobby Seale ( Yahya Abdul-Mateen II ) uno de los dirigentes del grupo pantera negras.
Lo que bien podría resultar en un filme aburrido y carente de interés para el público en general, debido a que muy por encima parece ser un película de contenido político muy local, muy norteamericano termina convirtiéndose en una película con un tema lastimosamente universal como lo es la corrupción.
En algún momento del filme se hace mención a que todo esto es un caso político, uno más que ya lleva una línea marcada con tal de generar votantes, o presos, revueltas sociales que bien o mal, políticamente funcionan solo si desde arriba se quiere funcionen, y eso no solo es desesperanzador sino una realidad que no ha cambiado a mas cincuenta años.