facebook
El sueño de la globalización

El sueño de la globalización

Columnas jueves 13 de marzo de 2025 -

Un amigo mío, avezado en temas de política y gobierno, puso en la mesa hace unos días la interrogante de cuánto había durado, realmente, el sueño de la globalización. Creo que es una pregunta interesante, legítima, que va más allá de un lamento progresista. De entrada, porque una cosa era el sueño de la “aldea global” y otra la instrumentación de lo que terminó siendo el modelo neoliberal de los últimos 40 años.

La idea de la integración económica se asocia con el advenimiento del internet y las posibilidades de transmisión de información en tiempo real a cualquier parte del mundo. Si bien esta implicación no es trivial (porque una de las dos variables fundamentales del mercado es, precisamente, la oportunidad, cantidad y calidad de información con la que cuentan vendedores y compradores), los vientos de integración económica y despolitización de las economías son mucho más antiguos, por lo menos desde el coloquio de Lippmann de 1938.

Desde una perspectiva teórica más o menos seria, la globalización juega con binomios que sí son determinantes en la organización de la vida social; por lo menos, el de la relación entre la política y la economía y, por su ADN liberal, el del individuo contra el Estado, como fundamento de la moralidad y sus consecuencias, algunas positivas (la doctrina de los derechos humanos) y otras no tanto (el descreimiento de que puede existir algo como el interés general). La posición que los globalistas toman respecto de estas tensiones determina la manera como ven los impuestos, la seguridad social, la educación pública y la libertad de trabajo. Todo lo que regule o dificulte la autonomía y la desigualdad natural, se considera irracional e inmoral (para ellos se confunden ambas cosas). Por eso termina siendo el enemigo el Estado de bienestar, que no es más que una disrupción de la armonía del mercado, y por ello también es inmoral el cobro progresivo de impuestos (porque quien tiene más seguramente se lo merece).

De por sí a nivel onírico las implicaciones de la globalización económica son bastante pinches, pero es aún peor lo que nos terminó llegando a casa, porque no se parece nada a lo que veíamos en las fotos (lo que Ramos Villegas ha llamado la constante Shein/Temu). Cierto es que la crisis de la deuda a la que el agotamiento del Estado intervencionista había llevado a varios países en la década de los 80, hacía imposible defender ese modelo de política económica, pero en lugar de voltear a ver a los países escandinavos como ejemplos de regulación racional, se hizo una interpretación simplista de las causas de la crisis y se optó por la demolición de las instituciones que pretendían frenar de cualquier modo la concentración de la riqueza, por un Estado que sólo sirviera para crear y proteger mercados, y por la satanización de lo público en aras de la canonización de lo privado. Esto último es especialmente ridículo cuando, por definición, lo único que pueden defender las corporaciones privadas son intereses privados. Pero bueno.

Para su instrumentación, el mundo acabó teniendo un modelo que se basó en el libre tránsito de mercancías pero la restricción al libre tránsito de personas; en la protección a la propiedad intelectual de las empresas multinacionales y la precarización de la mano de obra en países donde estas mismas empresas llevaban su producción; en la desregulación de los mercados financieros y los rescates estatales de esos mismos mercados cuando periódicamente llevaban al mundo a la bancarrota por sus prácticas cochinas y cortoplacistas. No caigamos en la tentación cuasi religiosa de ver en los acontecimientos actuales una cura de ninguno de nuestros males. Ni Trump es el salvador de nadie ni los aranceles son la solución a nada. Pero tampoco podemos ver sin hacer gestos cómo algunos añoran un pasado ficticio de crecimiento neoliberal, porque no hubo tal cosa.


No te pierdas la noticias más relevantes en instagram

Envíe un mensaje al numero 55 1140 9052 por WhatsApp con la palabra SUSCRIBIR para recibir las noticias más importantes.

/CR

Etiquetas


Notas Relacionadas
TIRADITOS Columnas
2025-06-06 - 01:00
Ilegitimidad Judicial Columnas
2025-06-06 - 01:00
Veracruz al garete Columnas
2025-06-06 - 01:00
EL COMERCIO MEXICO-EU Columnas
2025-06-06 - 01:00
Lección jarocha Columnas
2025-06-06 - 01:00
LÍNEA 13. Columnas
2025-06-05 - 01:00
TIRADITOS Columnas
2025-06-05 - 01:00
LA GUERRA FUTBOLERA Columnas
2025-06-05 - 01:00
AUTOVICTIMIZARSE Columnas
2025-06-05 - 01:00
Y llegaron las lluvias Columnas
2025-06-05 - 01:00
Gatopardo Columnas
2025-06-05 - 01:00
La guerra por el cliente y sus medidas Columnas
2025-06-05 - 01:00
+ -