Las cuentas siguen siendo confusas y las leyes también parecen estar escondidas, cual cabezas de avestruz, evidentes de patas largas pero como si no estuvieran.
El pedido ya está hecho, se programa por partes en lo que acomodan los cabos sueltos (que son bastantes), entrarán a imprenta de millón en millón los seis millones de boletos para el tan comentado e ilusorio sorteo del avión presidencial.
Ese que autorizó Felipe Calderón, negoció Enrique Peña Nieto y no quizo Andrés Manuel López Obrador.
A una de las litográficas más grandes del país, multinacional por cierto, diseñadora y fabricante de algunos de los documentos y plásticos de máxima seguridad que se imprimen para el mercado mexicano, certificados y todo tipo de documento oficial con papel y sellos de seguridad, ya se le encargaron los primeros pliegos de los “cachitos” para el sorteo.
De verdad, como lo dijo el jefe del Ejecutivo, “no es broma”, el avion presidencial, que se arrendó al fabricante Boeing, será sorteado entre los que adquieran los boletos de 500 pesos, cada uno, a través de la ahora nueva Lotería Nacional.
Las cuentas aún opacas indican que 6 millones de “cachitos” de 500 pesos cada uno, si se venden todos, sumarán 3 mil millones de pesos; entre 20 pesos que es el promedio del tipo de cambio en estos días, nos da una friolera de 150 millones de dólares.
La cantidad es mayor al avalúo que hizo la ONU de la aeronave y que fue de 130 millones de dólares, y mayor a los 125 millones que ofreció el único comprador que dijo el Gobierno federal presentó en forma una propuesta.
El ya estar oliendo los boletos de la rifa en la imprenta, quiere decir que las doce empresas que también, a decir del Primer mandatario, ofrecieron comprar en partes el avión (de 11 millones de dólares cada una), ya se echaron para atrás o no se completaron; a decir de uno de ellos la última opción es la correcta.
La selección de tinta para imprimir el logo de la Lotería ya está hecha aunque todavía esté confuso como se rifará un avión del cual no se es dueño. El contrato del Boeing 787 Dreamliner se firmó para liquidar en 2027, pues se trata de una cuenta de más de 269.9 millones de dólares por arrendamiento.
¡Huele a tinta!