Entre fake news y falta de memoria, la Covid nos arrastra

Columnas martes 19 de enero de 2021 -

Mientras en el mundo la gente se sigue muriendo de hambre, los empleos disminuyen y la esperanza por recobrar la llamada “normalidad” de las cosas, que no es más que el orden en el que los humanos transitábamos antes de la pandemia Covid-19, en paralelo millones de dólares deben dirigirse a iniciativas que combatan la desinformación, las mentiras y los “datos” que solo profundizan la crisis por la que todos atravesamos.

Google, apenas hace una semana, anunció una bolsa de 3 millones de dólares para luchar contra las falsedades que circulan sobre las vacunas para combatir el Covid-19; la oferta es para periodistas y fact-checkers (verificadores de hechos, grandes porteros atajadores de mentiras) que trabajen en atrapar fake news.

El buscador invertirá cerca de un millón de dólares en financiar cada proyecto, y cubrirá 80 por ciento del costo total de estas campañas. Y aunque es obvio que la información no desaparecerá por arte de magia, el apoyo ayudará, sobre todo si los fact-checkers utilizan los fondos de manera proactiva, alcanzando a gente que no tiene idea de que las falsedades que se encuentran son incorrectas.

La preocupación y las iniciativas no son nuevas, desde hace meses, cuando fue declarada la pandemia y las redes sociales fueron inundadas de datos falsos, cadenas, creencias y, hasta el “sospechosismo” mexicano, firmas como Twitter y Facebook se dieron a la tarea de “bajar” información falsa, así está en las condiciones que los usuarios firman para poder hacer uso de estas y otras plataformas sociales. No es nuevo, no es “censura deliberada”, como acusan los defensores de Trump que azuzó a sus seguidores para tomar el Capitolio. Son condiciones que se firman.

Solo hay que tener memoria, hay que recordar y actuar.

Lo mismo pasa, ya que hablamos de la vacuna contra el Covid-19, con el debate, casi desesperado, de los privados por participar en la compra y distribución del antídoto, ante los erros públicos a escala mundial.

“El mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico respecto a la distribución equitativa de las vacunas contra el Covid-19… El precio de este fracaso se pagará con vidas y medios de subsistencia en los países más pobres del mundo”, advirtió ayer el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom.

Es imposible olvidar para poder avanzar en hechos y dejar atrás los diálogos de sordos, que por acuerdo los laboratorios farmacéuticos desarrolladores y productores de las vacunas acordaron y se comprometieron con la Organización de las Naciones Unidas a solo venderlas a los gobiernos nacionales, solo a estos. Es un asunto de seguridad mundial, de catástrofe contra la humanidad, lo dice la OMS.

Para que discutir ahora si los privados pueden y tienen derecho a comprar vacunas. Es momento de actuar y corregir, de utilizar todo lo que se tenga para distribuir de forma masiva, cueste lo que cueste, incluso el sacrificio de los objetivos políticos, es una inversión de corto, mediano y largo plazo. Nos estamos jugando la existencia… ¿si lo recuerdan?