En marzo de 2020, Donald Trump, anunció una polémica medida en busca de detener o por lo menos, disminuir el creciente flujo migratorio hacia su país, señaló que en el marco de la pandemia por el Covid-19, todas las personas que sean detenidas sin documentos serían inmediatamente deportadas ante la creciente amenazas de contagios del mortal virus. Los opositores al régimen de Joe Biden, los grupos humanitarios y de los derechos humanos, elevaron la voz de protesta, pero nada, absolutamente nada pasó en contrario.
Entre las múltiples preocupaciones, ocupaciones y problemas, Joe Biden, vio en su agenda el anuncio el fin de este programa político-sanitario-migratorio, el llamado Título 42.
Un dato en referencia de esta acción, en sus casi 26 meses de instrumentación casi un millón 700 mil personas han sido detenidas y regresadas de forma inmediata a su país de origen. Y después del anuncio de los Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de que ya que no existía peligro “grave” de contagio, las cosas para Biden se complicaron, así de fácil, se le complicaron ya que un incremento en el número de inmigrantes crecerá de forma exponencial.
Desde Human Rights First, Eleanor Arce, su directora ha repetido en infinidad de ocasiones que este controvertido Titulo 42 simplemente viola las leyes sobre refugiados y alienta el racismo.
La gran pregunta que recorre los pasillos, oficinas y centros de asesores presidenciales ¿Cómo detener la ola migratoria que cada día llega con más fuerza a la frontera con México?, las respuestas van en todas direcciones, pero vencer en el terreno político parece ser cada día más difícil, sobre todo cuando se tiene a un expresidente como Donald Trump que ansía regresar a la Casa Blanca, al costo que sea, incluso con una creciente inmigración, para la cual de nueva cuenta dice tener la solución (aunque sólo en su imaginación).
Y es que las presiones están en pleno crecimiento contra la administración Biden y para muestra sólo falta voltear los ojos a Texas, donde una veintena de legisladores enviaron una carta al mandatario pidiendo que se mantenga en uso el Título 42, advirtiendo que las comunidades en la frontera ya encaran dificultades con la migración indocumentada y no podrán lidiar con un incremento del arribo de extranjeros y, por sí esto no fuera suficiente, el senador Bill Hagerty, republicano de Tennessee, presentó la semana pasada un proyecto de ley que permitiría el uso del Título 42 para proteger la salud pública estadounidense del contrabando de drogas letales, como el fentanilo.
Biden y los demócratas, todos están buscando la manera de aislar el fenómeno migratorio para que no impacte en las elecciones de noviembre venidero. Veremos que harán.
@ncar7