Columnas
A finales de los años cincuenta el futbol era uno más de los deportes y espectáculos que formaban parte del espectro mexicano y de ninguna manera monopolizaba la atención de medios y público como sucede en la actualidad; las noticias de ocho columnas de los principales periódicos especializados de la época: “La Afición”, “Esto” y “Ovaciones”,trataban sobre el clásico Poli-Universidad del futbol americano colegial, un “match” máscara vs máscara de lucha libre, el combate por el campeonato nacional de peso welter, los mejores encuentros del béisbol y, en fin, incluso la llamada fiesta brava solía ocupar las primeras planas y cabezas de los noticiosos. Había mayor diversidad temática que hoy.
Todo comenzó a cambiar cuando el magnate, dueño y fundador de Telesistema Mexicano(hoy Televisa), Emilio Azcárraga Vidaurreta, adquirió un equipo de futbol que hasta entonces había pertenecido a la embotelladora Jarritos, el América. Poco después contrató a Guillermo Cañedo, empresario y directivo del Zacatepec, con la encomienda de hacer crecer el futbol con la televisión como elemento más importante. Guillermo Cañedo, quien era un verdadero visionario y genio de la mercadotecnia, ideó un plan sensacional que resultó no sólo efectivo, sino que aún en pleno siglo veintiuno vivimos sus consecuencias.
El primer paso fue incluir en la programación regular de la televisora los partidos del campeonato de Primera División, muy en especial los del América (antes de eso sólo esporádicamente se transmitía el futbol por la tele). Asimismo, instruyó a los cronistas deportivos para que sólo hablaran bien del equipo de casa, cuyos jugadores serían retratados como los mejores, los más hábiles y los más guapos que luchaban contra todaadversidad hasta alzarse con la victoria. Así fue: el América y todos los demás en un papel de comparsas. La imagen de equipo agrandado, soberbio y petulante, que mira por encima del hombro al rival creció hasta granjearle el odio y el rechazo de gran parte de la afición. Pero precisamente esto era lo que tenía en mente Cañedo, que el público se dividiera entre amantes y odiadores de los Cremas. A la vuelta de pocos años el futbol había crecido exponencialmente en audiencia y era con mucho el deporte más seguido, que generaba pingües ganancias, en especial para la televisora, que siempre ha sido en los hechos la dueña del futbol mexicano. De ahí que, históricamente, el América ha sido beneficiado por el arbitraje, dado que es el equipo del dueño. Es una realidad palmaria y haciendo una revisión puntual queda demostrada.
El tricampeonato americanista es muy importante y tiene gran mérito sin duda, pero no se nos olvide que fue logrado en un lapso de apenas un año y medio. Los torneos cortos producen mini campeones semestrales que de ninguna manera se pueden comparar con los campeones de torneos largos, donde el ganador es aquel equipo que obtiene más puntos. Por eso me parecen exagerados los encabezados de muchos medios que lo trataron como si fuera algo nunca visto. Las Chivas de Guadalajara lograron el mote de “campeonísimo” gracias a sus siete títulos de liga consecutivos entre 1956 y 1965, en formato de torneo largo a puntos. Hay que poner las cosas en perspectiva. Hasta el próximo jueves…