La ONU, México y el Nuevo “Tratado de Altamar”

La ONU, en su resolución 72/249 del 2017, acordó llevar a cabo una conferencia intergubernamental para elaborar el texto de un instrumento internacional vinculante que, basándose en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, vele sobre la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad en los océanos. En 2018 y 2019 se llevó a cabo su primera, segunda y tercera reunión; después de la pandemia por COVID-19, la cuarta sesión se llevó a cabo en el 2022 y finalmente, la quinta reunión, que se había interrumpido, se determinó continuarla del 20 de febrero al 3 de marzo de este año en las oficinas de las Naciones Unidas, en Nueva York.

A su término, el Secretario General de la ONU, António Guterres, congratuló a los países miembros de la ONU por culminar este texto que, acorde a la ONU, busca garantizar la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina de áreas fuera de la jurisdicción nacional. Así, calcula la ONU que con este instrumento se colocará el 30% de los océanos del mundo en áreas protegidas, lo que se traducirá en más recursos para la conservación marina y se cubrirá el acceso y uso de los recursos genéticos marinos, lo que permitirá dar cumplimiento a los compromisos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal.

La Secretaría de Relaciones Exteriores de México, mediante un comunicado de prensa, informó que su titular, Marcelo Ebrard Casaubon se congratuló por la negociación exitosa de este instrumento y éste será el punto de partida para llevar a cabo las obligaciones de conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina y en alta mar, lo que constituye el 95% de los océanos. Además, considera que este instrumento favorecerá la creación de áreas naturales protegidas, el monitoreo y la evaluación de los impactos al medio marino causados por las actividades humanas que son efectuadas fuera de la jurisdicción nacional, además, fomentará un reparto justo y equitativo de los beneficios del acceso a recursos genéticos marinos, respetando los intereses nacionales derivados de la posición de México como estado costero.

De la revisión del borrador de este instrumento del 4 de marzo de este año, que la ONU habilitó en su sitio web, se advierte en su estructura de un preámbulo, aspectos generales, regulación de los recursos genéticos marinos, incluidos los de distribución justa y equitativa de beneficios, medidas como la gestión por áreas basadas en herramientas, incluyendo las áreas marinas protegidas, evaluación en impacto ambiental, desarrollo de capacidades y transferencia de tecnología marina, arreglos institucionales, recursos y mecanismos financieros, implementación y su cumplimiento, solución de controversias, reglas para las partes que no forman parte del acuerdo, buena fe, abuso de derecho y disposiciones finales.

Celebro la culminación de este instrumento internacional, espero que después del camino constitucional que se requiere para que en el ámbito interno cobre vigencia se le pueda dar cumplimiento y permita poner a nuestro país en lo más alto en esta materia.