La suplantación del Estado

Cuando se pierde la gobernanza, el ciudadano deja de tener confianza en las autoridades y se dirige a quien detenta el poder fáctico, al grupo que gobierna realmente, aunque sea desde la ilegalidad. Eso ocurre hoy en México.

La vocera del colectivo Unión de Madres Buscadoras de Tamaulipas, Delia Quiroa, agradeció, mediante un video, al líder de “los ciclones” -célula criminal del Cártel del Golfo-, el haber respetado la tregua que solicitaron hace un año para buscar los restos de sus familiares en el campo de exterminio “La Bartolina” en Matamoros. Gracias a esa tregua, varias familias pudieron recuperar a sus seres queridos y el colectivo pidió la extensión de la misma.

Además, Delia también dio las gracias a Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, porque se sumó al llamado a la paz, en una grabación donde se deslinda de las amenazas al periodista Rodolfo Montes. La vocera dijo “nos gustaría que este mensaje se replicara a los demás líderes de los cárteles para erradicar la desaparición de personas en México; que regrese ‘la vieja escuela’, porque sabemos que esto no acabará”.

El 3 de enero de este año, Cecilia Flores, dirigente de Madres Buscadoras de Sonora difundió un audiovisual donde aparece ella con la imagen de la Virgen de Guadalupe y las fotografías de sus dos hijos desaparecidos y les pide a los líderes del Cártel de Sonora: “no nos maten, déjenos seguir buscando”. Ceci grabó esas declaraciones bajo la protección del gobierno en un refugio desconocido.

La petición de esta madre se hizo, luego de que fue asesinada otra activista de ese colectivo, Aranza Ramos, quien también buscaba a un familiar. Por eso les dijo a los delincuentes: “no buscamos culpables, no buscamos justicia, lo que queremos es traerlos de vuelta a la casa”

El 19 de abril una luz de esperanza abrigó la activista Flores; con dolor, pensó que había encontrado ella misma los restos de uno de sus hijos, pero las impávidas autoridades de la procuración de justicia le arrebataron esa ilusión. Con rápidos exámenes forenses descalificaron la certeza de esta madre de haber reconocido a su hijo. Ella no cree en tanta eficiencia y busca otros peritajes. Ahora no le toman ni la llamada.

Estos dos ejemplos, donde se entiende el drama de casi cien mil familias que buscan afanosamente a sus seres queridos, también dan clara idea de que en la 4T se ha perdido la gobernabilidad y que, ante el fracaso de las políticas públicas, los ciudadanos recurren al crimen organizado para encontrar solución a sus aflicciones. Cabe recordar que, en 2021, el general Glen Vanherk, jefe del Comando Norte de Estados Unidos del Pentágono, hizo polémicas declaraciones en la que afirmó que entre el 30 y el 35 por ciento del territorio nacional es controlado por organizaciones criminales ante la falta de gobierno y que ello propicia el crecimiento del narcotráfico, la migración ilegal y la trata de personas. Las autoridades hicieron un tibio desmentido de las afirmaciones del militar norteamericano, pero la activa participación de la delincuencia organizada en el pasado proceso electoral, donde creció la violencia política y la imposición de candidatos, parece darle la razón al funcionario del Pentágono.

Es un contrasentido que los ciudadanos recurran a los grupos de presión, al poder fáctico para tener acceso no solo a la justicia, sino a la prestación de servicios o a la alimentación básica a través de la ayuda que proporcionan los cárteles a las zonas marginadas, estrategia que les permite contar con una poderosa base social y operar con mayor eficiencia en la distribución del recurso económico, con el desplazamiento de los programas asistencialistas. Si no queremos ver escenas como los dramáticos llamados de auxilio de las Madres Buscadoras a los narcotraficantes, exijamos a las autoridades de todos los niveles que recuperen la gobernanza y den cumplimiento a su función primigenia, dar seguridad y justicia a los gobernados.