Columnas
Dañan Patrimonio Histórico del Congreso local
Graves problemas tendrán quien ordenó taladrar la parte alta de la Mesa Directiva, donde se juntan las dos banderas del salón de plenos del Congreso local, a fin de colocar una cámara de video. El problema es que el recinto está protegido por los institutos de Antropología e Historia (INAH) y Nacional de Bellas Artes (INBA) como Patrimonio Histórico y, por lo que se sabe, no existe documento alguno que estos organismos hayan autorizado estos “ajustes”. Incluso, ese “alguien” también decidió cambiar las cámaras de video que, previamente, autorizaron los mismos organismos, dado que iban acorde con la decoración del lugar. Pobre el funcionario que decidió la realización de esos trabajos.
Anduvo suelto el Diablo
Definitivamente este jueves el diablo anduvo suelto en el Congreso capitalino, pues las discusiones entre legisladores del PAN y Morena estuvieron en cada momento, lo que prolongó, primero, la sesión ordinaria virtual; y, luego, en la reunión extraordinaria de la Junta de Coordinación Política (Jucopo). Aunque en ambas reuniones salieron a relucir, de nuevo, las acusaciones, de encubrirse irregularidades, faltas de respeto y, obvio, quitarse la palabra unos y unas de otros, como si fueran pleitos en mercados públicos, además de burlas y “balconeadas” de diputados a sus coordinadores. Es un hecho que conforme se acerquen las elecciones del 2 de junio próximo, estos hechos se recrudecerán. Esperamos que no pasen de ahí, pero como van las cosas lo dudamos, sobre todo, porque a partir de la próxima semana las sesiones ordinarias serán presenciales. Habrá que comprar palomitas para ver el espectáculo.
Ni San Juditas salva a usuarios del Metro
El que no ve llegar la suya es el director general del Metro, Guillermo Calderón, pues un día falla la red y el otro también. Lo que está viviendo el sistema de transporte más importante de la ciudad de México es un reflejo del olvido en que lo tuvieron las últimas administraciones y ahora se están pagando los costos. Lo peor es que los usuarios son quienes terminan pagando por esta situación y se ha convertido en un volado el saber si llegarán a tiempo a su destino. Pareciera broma, pero ahora sí ni San Juditas los puede ayudar, porque el Metro sí que es una verdadera causa perdida.