Escuchar la voz crítica de un hombre que sabe de cambio climático como lo es Mario Molina, premio Nobel de Química, me da esperanza de que alguien en el Gobierno federal le haga caso y se evite la construcción de la refinería Dos Bocas, en Tabasco, que contaminará sobre manera nuestro país y, desde luego, el medio ambiente: el aire que por tener libre albedrio vuela por todos los confines del mundo.
La voz de un científico de primer nivel como lo es Molina, por cierto, maestro de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, debe preocuparnos y ocuparnos en seguir insistiendo en la cancelación de los megaproyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador que, en lugar de apostar por energías limpias, regresará a lo arcaico: a la quema de carbón.
Duro y directo, Molina lamentó que el primer mandatario haya seguido la línea del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que es totalmente absurda, “pedimos que podamos cambiar esto, porque el cambio climático no ha tenido ninguna importancia en sus declaraciones, no está consciente de que es un problema de emergencia”.
Hay que recordar que el propio Mario Molina le dio al presidente López Obrador el beneficio de la duda al darle su voto para que gobernara este país; sin embargo, a poco más de un año, no ha dado respuesta a los llamados de científicos y activistas en defensa del medio ambiente para que detenga Dos Bocas y el Tren Maya, proyectos altamente destructivos para la vida humana, animal y para la propia Madre Tierra que en cualquier momento protestará como solo ella lo sabe hacer: con desastres naturales.
Si no quiere escuchar la voz de quienes no tenemos ningún premio nacional o internacional, pero que sí estamos preocupados por el grave deterioro del medio ambiente y de las consecuencias que ya ha tenido en manglares, selvas y en la muerte de miles de especies animales y vegetales, que oiga la voz de alerta de un connotado científico mexicano que sabe de lo que está hablando.
Insisto: México debe ir en busca, como ya lo hacen otros países desarrollados, de estrategias que contemplen energías limpias, no al revés, regresar 30 o 40 años a lo que llevó al estado de emergencia en el que se encuentra el mundo: la quema de carbón.
El científico mexicano se refirió, también, a la implementación de universidades del gobierno de la Cuarta Transformación, calificándolas como de “chiste” dado que está comprobado que los jóvenes estudiantes de la Universidad de la Ciudad de México no salen bien preparados para enfrentar los retos del presente.
Considero que ningún mexicano estaría en contra de que el presidente López Obrador gaste los recursos que sean necesarios para limpiar nuestro aire y nuestros mares; Dos Bocas y el Tren Maya no son proyectos que le harán un bien a México.