Hace unos días el presidente Andrés Manuel López indicó que las series de Netflix son “fresas” ante las tranzas que eran capaces de hacer los políticos de sexenios pasados. Al conocer todo el enriquecimiento que tuvieron personajes como Emilio Lozoya y otros exgobernadores y funcionarios federales, no cabe duda que tiene toda la razón.
Sin embargo, los casos para Netflix siguen. Un ejemplo es sobre la próxima Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, que el Partido del Trabajo (PT) le disputa al PRI, y si detrás de los amarres hay o no “cañonazos” de 5 millones de pesos, como se ha acusado.
Sólo los propios legisladores, muchos en lo oscurito, saben que pronto le darán la puñalada en la espalda al partido por el cual llegaron a ocupar una curul, la ley no lo impide, pero en realidad es un acto de deslealtad, antiética, que permite el beneficio personal del representante social, lo cual evidentemente es una contrariedad. Por ello debería regularse y por lo menos, si deja su grupo parlamentario, que se quede como independiente hasta concluir su encargo.
Con ello se evitaría que el legislador se venda al mejor postor, ya sea para favorecer intereses propios o ajenos, bajo la entrega de millonarias cantidades, de ofrecimientos de candidaturas y en general, prostituyendo el escaño que el pueblo le encomendó, que no le regaló para hacer y deshacer con entramados dignos de una serie de Netflix.
La voluntad del voto ciudadano termina en estos casos por diluirse, siendo ignorada durante el transcurso de las legislaturas, cuando los intereses personales se anteponen, ocultándose bajo un esquema similar al de usos y costumbres entre los diputados, que por ser algo legal y común, termina siendo aceptando por ellos, pero no por el pueblo.
Sin embargo, no hay que olvidar que al cruzar la boleta, puede que una persona elija a cierto candidato o un partido para que lo represente. ¡Ojo con eso!
Los enjuagues, los pleitos, las compras de conciencia, y tantas tranzas que en los últimos días ha puesto en evidencia el coordinador del PES, Jorge Argüelles, son muy graves, de ser verdad, y sino lo son, pues también porque eso reflejaría el grado de bajezas que hay entre nuestros legisladores. Con una u otra verdad, se tendría el argumento ideal, no para una serie televisiva, sino para otra película similar a la Ley de Herodes.
Con esta situación, se lastima la democracia y se daña la legitimidad del Poder Legislativo, pero también esas rémoras de la 4T que en coalición acompañaron a AMLO a la presidencia, en realidad beneficiándose de su imagen, bajo el supuesto de que juntos harían historia, afectan al movimiento del cambio.