El pasado viernes 26 de mayo, el estado de Nueva York convirtió en ley un proyecto que prohíbe discriminar a cualquier persona por su estatura o peso en cualquier ámbito, sea en el trabajo, vivienda o lugares públicos de la ciudad. Puede parecer algo tan básico de aprobar, sin embargo las formas de discriminación basadas en la apariencia aún están presentes en distintas formas y persisten sin control en Estados Unidos.
La discriminación es un problema arraigado en la historia de la humanidad. A lo largo del tiempo, distintos grupos han sido víctimas de prejuicios y tratos desiguales basados en su raza, género, religión, orientación sexual o cualquier otra característica que los diferencie. Esta problemática persiste en la actualidad y representa un obstáculo significativo para alcanzar una sociedad justa e inclusiva.
Desde el racismo sistémico y la xenofobia hasta la discriminación de género y la intolerancia religiosa, estos problemas socavan los principios fundamentales de igualdad y dignidad humana. Estados Unidos lleva muchos años luchando para erradicar las secuelas de la esclavitud que se vivió en el pasado y para alcanzar la igualdad racial, sin embargo la sociedad ha sido testigo de que estos tratos han provocado profundos daños a las víctimas.
De acuerdo con la organización Human Rights Watch, los asesinatos y abusos por parte de funcionarios policiales continúan matando personas latinas, indígenas y negras a tasas significativamente más altas: la frecuencia llega a ser 350 veces mayor que para las personas blancas. A pesar de que las personas negras y blancas muestran tasas similares de consumo de drogas, las personas de la comunidad negra son encarceladas por delitos relacionados con drogas a una tasa que equivale a cinco veces la de personas blancas.
Por otra parte, las familias blancas promedio en EU cuentan con un patrimonio aproximadamente ocho veces mayor al patrimonio de la familia negra promedio, y los graduados universitarios blancos tienen un patrimonio más de siete veces mayor al de los graduados universitarios negros.
Países como Canadá, Francia, Alemania y España han promulgado leyes y políticas para abordar esta problemática, y otros han considerado la eliminación del término “raza” de su constitución y sus respectivos marcos legales como Suecia, Austria, Finlandia, además de que hoy no figura en la mitad de las constituciones de América Latina.
Sin embargo, no basta con identificar el problema, sino tener conciencia de que aún queda mucho por hacer y que no solo es un problema presente en Estados Unidos sino que en muchos países en donde se violan diariamente de alguna forma u otra los derechos humanos, donde se deberían estar creando comisiones y más leyes para superar las barreras raciales para que todos los seres humanos tengan un futuro equitativo.