Columnas
A lo largo de muchas décadas las mayores figuras del espectáculo fueron los toreros; en los principales periódicos deportivos las notas de ocho columnas solían tratar sobre susrutilantes triunfos en los redondeles del país (por más que la fiesta brava no es un deporte).Los matadores eran más importantes, ricos y famosos que futbolistas, beisbolistas y boxeadores. Sus efigies y hazañas fueron inmortalizadas en estatuas, canciones y películas; un ejemplo de ello es “Silverio”, paso doble escrito por el músico poeta Agustín Lara en honor de Silverio Pérez. Las mujeres más bellas suspiraban por los matadores; se dice que la estrella del cine Miroslava Stern decidió acabar con su vida porque el torero Luis Miguel Dominguín (padre del cantante Miguel Bosé) prefirió el amor de otra.
Pero también, durante muchísimo tiempo, nuestro país estuvo dominado por un partido de Estado (el PRI-Gobierno) que ejerció el poder de manera autoritaria, corrupta y antidemocrática. El “señorpresidente” de turno era una especie de reyezuelo que hacía y deshacía a su antojo, siempre en beneficio de su partido en detrimento de la patria.
Sin embargo, las cosas cambian, la sociedad evolucionó hasta crear verdaderos ciudadanos conscientes que lograron cambiar el sistema de marras por algo que, en principio, debería servir para desarrollar a México (el proceso apenas ha comenzado y aún faltan años para ver resultados tangibles). Una consecuencia de dicho despertar ciudadano fue que la fiesta brava dejó de tener el sitio preponderante que ostentó en la cultura nacional; otros espectáculos y verdaderos deportes la sustituyeron en el gusto de la gente que había modificado su visión de las cosas. Es un hecho que las corridas de toros tienen cada vez menos seguidores y, aunque son una tradición de más de 500 años de antigüedad, hoy en día son anacrónicas y definitivamente están en vías de extinción.
La casa encuestadora Enkoll, una de las empresas más confiables del ramo, realizó unsondeo que arrojó los siguientes datos: 77% de las personas, la mayoría de ellas mujeres y jóvenes de ambos sexos, respondió estar en contra de la existencia de las corridas de toros; a la pregunta de si éstas les gustaban, 26% respondió que sí y 74% respondió que no. Me parece que queda claro: si se llevara a cabo una consulta popular vinculante, el resultado sería contundente en contra de la muerte cruel y violenta de los toros de lidia.
Hace dos días (18 de marzo) el congreso de la Ciudad de México votó, casi por unanimidad, prohibir el uso de objetos punzocortantes (lanzas, banderillas y espadas) durante las corridas de toros (sólo estuvo en contra el diputado local Pedro Haces Lago,quien es hijo de la mano derecha de Ricardo Monreal, Pedro Haces Barba -¡presidenta, tenga cuidado con los Monreal, no son sus aliados!-). El Dip. Haces Junior tiene intereses en el mundo de la tauromaquia, de ahí su defensa a ultranza de la fiesta. El asunto no es cosa juzgada y el pleito legal continuará.
No es que la tauromaquia haya sido proscrita, se le dio la oportunidad de adaptarse a los tiempos actuales. Ya se verá si los promotores quieren y pueden hacerlo. Un caso exitoso es la fiesta portuguesa, en la cual, ante la prohibición de matar al toro, crearon la figura del forcado y redescubrieron antiguas suertes en las que enfrentan al animal sin que éste muera en el proceso. Por cierto, Pedro Caixhinha, DT de Cruz Azul entre 2017 y 2019, fue un famoso forcado en su natal Portugal. Hasta el próximo jueves…