Qué es ser de izquierda hoy (I)

Todo se debe a la controversia que circuló en redes con motivo del 3er. Congreso Nacional de MORENA realizado el fin de semana pasado, cuando comenzó a decirse que rondaba en el aire la idea de que en alguna parte del estatuto se quería retirar el concepto de izquierda como elemento definidor del partido, a lo que muchos reaccionaron al instante. Pero ocurre que luego circuló también por ahí la foto del nuevo estatuto, en donde aparecía efectivamente el concepto en cuestión en la mismísima parte inicial de la definición, en donde se dice a la letra que “MORENA es un partido-movimiento de izquierda y antineoliberal conformado por…” etc. etc. etc.

Ya no sé entonces si fue sólo un rumor, o si sí se quiso retirar ese concepto, pero el hecho es que, para decirlo de algún modo, ya nos dejaron con la duda. Pero más que una duda por si fue o no un rumor, es la duda más peliaguda aún por saber cómo definir lo que puede significar ser de izquierda hoy en día, porque me temo que no basta con decir que un partido o una persona o un movimiento es de izquierda, como tampoco lo es decir que es de derecha o de centro, porque todos ellos son conceptos equívocos si se dicen así nada más, sin más parámetros o mayores referencias. Es obvio que esto da para una batalla de ideas en toda regla.

Para empezar, yo diría que uno de los primeros criterios que hay que definir es el que distingue a quienes creen –y en correspondencia quienes no creen– que izquierda y derecha son algo así como dos hemisferios fundamentales de la realidad toda; es decir, que es algo así como una visión general y absoluta del mundo que divide en dos y solo dos partes a la gente, de tal suerte que no nada más es que haya partidos y movimientos de izquierda (o de derecha), sino que hay música, libros, autores, novelas, pinturas, poemas o hasta ciencia de izquierda (o de derecha, o “ciencia neoliberal”).

Yo me sitúo definitivamente en el lado de quienes no creemos que la realidad funcione así. Izquierda y derecha son conceptos estrictamente políticos e históricos que están conectados con lo que tiene que ver con la forma, el contenido y el funcionamiento del Estado, y que surgen en un contexto muy acotado, que fue el período de la revolución francesa de fines del siglo XVIII en donde los diputados en la asamblea se distribuyeron del lado izquierdo y derecho del recinto en función de la controversia en torno de decidir si el rey debía tener facultad de veto absoluto sobre toda ley o no: quienes estaban en contra de que lo tuviera, estaban sentados del lado izquierdo, y quienes estaban a favor lo hicieron del lado derecho. Tal es el origen.

Primera definición: para mí sólo tiene sentido entonces hablar de izquierda o de derecha en estrictos términos políticos; y hablar en términos políticos es hablar en los términos del Estado en cuanto a su estructura, su contenido o forma y su funcionamiento. No tiene sentido hablar de música de izquierda o de derecha en cuanto tal, o peor aún, de matemáticas de izquierda o de derecha (o con perspectiva de género). Otra cosa es la música que le gustara escuchar a Marx o al Che Guevara o a la Reina de Inglaterra, pero su predilección es algo extrínseco a la sustancia poética del tipo de música en cuestión.

Segunda definición: izquierda y derecha son conceptos históricos que surgen en un contexto concreto, el de la revolución francesa de fines del XVIII en adelante, lo que hace absurdo el intento de clasificar a Maquiavelo, a Juan Ruiz de Alarcón, a la Malinche o a Hernán Cortés como de izquierda o de derecha. Eso no procede porque ni unos ni otros vivieron en los tiempos en que tal diferenciación política quedó definida, de la misma forma en que, por ejemplo, no existía México en sus tiempos tal como lo entendemos hoy.

En mis próximos artículos continuamos con las definiciones.