México está viviendo un momento crucial en su historia, marcado por un proceso de transformación que busca dejar atrás el legado del neoliberalismo en las instituciones públicas. Este proceso, impulsado por la necesidad de cambio y justicia social, requiere no solo de políticas audaces, sino también de un acompañamiento crítico y científico desde el ámbito académico.
Durante décadas, el neoliberalismo dominó la política económica y social de México, promoviendo la privatización de servicios públicos y la liberalización del mercado. Sin embargo, este modelo demostró ser insuficiente para abordar las profundas desigualdades y problemas estructurales que aquejan al país. La concentración de riqueza, la precarización laboral y la falta de acceso a servicios básicos como la educación y la salud son solo algunos de los desafíos que México enfrenta aún en la actualidad.
En este contexto, la transformación que vive México hoy, constituye un esfuerzo por recuperar el papel del Estado como garante de derechos y promotor del desarrollo. Esto implica no solo cambios en las políticas públicas, sino también una redefinición de las instituciones y su relación con la sociedad.
Para que esta transformación sea sostenible y efectiva, es fundamental el papel que puede desempeñar la academia. Un aparato científico crítico y robusto puede proporcionar análisis rigurosos y recomendaciones basadas en evidencia, ayudando a moldear de manera más objetiva, políticas que respondan a las necesidades reales de la población, y no solo a coyunturas o perspectivas ideológicas de corto plazo. La academia no solo debe registrar y cuestionar este proceso, sino también ofrecer soluciones innovadoras y estructurales.
Este proceso no está exento de desafíos. La resistencia al cambio y la falta de recursos son solo algunos de los obstáculos que debe superar. Pero también existen oportunidades significativas. La colaboración entre el gobierno y la academia puede generar políticas más efectivas y sostenibles, mientras que la participación ciudadana puede asegurar que las decisiones reflejen verdaderamente las aspiraciones de la sociedad.
La transformación que vive México es un momento histórico que requiere la participación activa de todos los sectores. La academia debe jugar un papel trascendente en este proceso, al proporcionar análisis críticos y propuestas basadas en investigaciones. Solo a través de un esfuerzo conjunto y bien informado podremos superar los desafíos del pasado y construir un futuro más justo y equitativo para todos. La tarea es monumental, pero la esperanza y la determinación de un México mejor están en marcha.
Flor de Loto: independientemente de nuestras posturas personales, al actual proceso de transformación no le ayudan ni le hacen falta odiadores ni aplaudidores. Lo que requiere es la creación de un marco teórico y metodológico eficaz que lo nutra y le ayude a orientar sus decisiones más allá de necesidades pragmáticas y posiciones ideológicas.