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Una prueba de que la elección judicial tiene mucho más rechazo que aceptación quedó de manifiesto cuando trabajadores del Poder Judicial le propinaron tremenda rechifla a Bernardo Bátiz, a quien el oficialismo le corrió la cortesía de darle un lugar en el Tribunal de Disciplina Judicial, durante un evento de “Reconocimiento a la Trayectoria Judicial”.
Bátiz es un hombre ya de cierta edad que tuvo que soportar los reclamos de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, (SCJN) será una de “acordeón” y en esto no falta verdad pues ahora, el oficialismo se ocupa más en ver cómo se suprime el uso de la toga porque quien se perfila para ser presidente de ésta, Hugo Aguilar Ortiz ya anunció que él asistirá a las sesiones de guayabera. O sea, se ocupan de detalles meramente cosméticos en vez de detenerse en revisar, por ejemplo, la nula trayectoria que tiene el futuro presidente del máximo tribunal del país.
Senadores del partido Morena y del PVEM como: Laura Estrada Mauro, Antonino Morales y Luis Alfonso Silva Romo, proponen modificar el artículo 4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación que a la fecha establece que los ministros de la SCJN deben portar togas, conforme a un decreto vigente desde 1941.
El objetivo de esta reforma sería, de acuerdo a los citados legisladores, que “los ministros vistan de manera formal o tradicional, acorde con sus orígenes, costumbres y preferencias resaltando que la nueva época judicial debe reflejar cercanía con el pueblo y atender las injusticias históricas”.
Y es que cómo se le ocurre al maestro Bátiz decir que a México le hacía falta una reforma al Poder Judicial honesta y con calidad humana en lo que fue un ejercicio en el que “ganaron” quienes negociaron tener un lugar en las “acordeones”.
“¡Para qué me invitan!”, levantó la voz Bernardo Batiz al auditorio que lo abucheaba, pasando por alto que la reforma al Poder Judicial transita por un clima lleno de tensión y para ejemplo está el dictamen preliminar de la Organización de Estados Americanos, (OEA) que señaló que la supuesta elección judicial en nuestro país, “no cubre los estándares internacionales que garanticen la independencia, eficiencia, imparcialidad y transparencia del Poder Judicial. Todos los protocolos internacionales fueron violados”.
Está también la serie de paros laborales, al no existir acuerdos con los trabajadores que fueron despedidos por tómbola en lo que resulta ser una arbitrariedad.
Ahí están pues sobre a mesa las razones por las cuales, en una de las últimas ceremonias del Consejo de la Judicatura Federal, (CJF), a la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña Hernández, le brindaron aplausos y reconocimientos de pie mientras que Batiz salió por cuerdas.