¿Por qué estoy en México?
Así lo determinó la sabiduría del Señor quien nos abrió el camino hacia México donde su pueblo nos apoya por la necesidad de una presencia espiritual que se guía en una recomendación celestial. Por ello nos sentimos espiritualmente cerca de los mexicanos. En el nombre del Señor y de la humanidad queremos servir a México en la medida de nuestras posibilidades; por su bienestar y como puente entre los inmigrantes de todas las nacionalidades y los gobernantes. La realidad de ellos y quienes cruzan día con día desde el Sur al Norte del Suchiate es indescriptible en ocasiones de penuria que nos lacera a todos los seres humanos de una aldea global entristecida por su desgracia.
Todos los gobiernos debemos tratarlos misericordiosamente y con respeto a su dignidad humana porque en este mundo y los países de donde vienen y residimos, se dirigen bajo la encomienda de Dios y todos los gobiernos y por lo tanto a los cuales nuestro Señor misericordioso los encomienda saben que solo son administradores de su presente pero nunca sus dueños.
El mundo pertenece al Señor que nos creó, por lo que los ingleses en Inglaterra, alemanes en Alemania, mexicanos en México y brasileños en Brasil, todos los pueblos y su gobierno solo son gestores del Señor de los mundos.
Que nadie se equivoque, este mundo nos pertenece a todos por ello, la palabra "inmigrante" no es un término adecuado y muestra de ello es que el Señor nos permite, como está escrito en todos los libros sagrados, que el hombre se puede asentar donde quiera. Esto es para el hombre un derecho dado de Dios para él y nadie puede a arrebatárselo porque le es innato. Todos los pueblos son niños de Adán, somos una familia, y el mundo es nuestro hogar. No debe haber otro, solo nosotros. Dejemos claro, el problema no son los inmigrantes sino los ejecutivos de los países que los recogen quienes tienen que buscar soluciones misericordiosas y humanas amparadas en nuestro Señor el Universo. Injustificable, entonces acoger a esos hombres abatidos en la tragedia del éxodo con el denigrante término de "inmigrante" pues si realmente entendemos la palabra del Señor son miembros de la familia a quienes debemos proveer un hogar.
En este mundo hay cosas malas pero también existe lo bueno que está más cercano al hombre que al final es bondadoso si es que realmente se asume como tal.
Condición previa es que los gobernantes los traten con misericordia como criaturas del todo misericordioso manteniendo en alto la dignidad humana, y de esa forma nuestros hermanos migrantes o inmigrantes se integrarán al seno de una sola aldea global.