Como parte de las acciones de transparencia, el Gobierno de México implementó el sitio web coronavirus.gob.mx en el cual se ofrecen reportes diarios, información integral de interés público, estadísticas, una sección de datos abiertos, información con herramientas de accesibilidad para personas con alguna discapacidad, entre otros, respecto del coronavirus SARS-COV2 o Covid-19.
El acceso a la información y la transparencia se atesoran en situaciones como ésta por ser acciones gubernamentales proactivas que se convierten y destacan como herramientas y mecanismos político-sociales de participación conjunta entre gobierno y ciudadanía.
Sin embargo, uno de los grandes desafíos que enfrentan los actos de gobernanza del Estado vistos recientemente es la poca credibilidad de las personas en las instituciones públicas. La desconfianza que se ha perpetuado en México tiene un costo alto cuando, para lograr un fin común, se precia la participación de las personas y éstas no están dispuestas a coadyuvar por recelo o sospecha de mentira en la información adjudicada a las instituciones gubernamentales.
Ejemplo de esto último fue lo ocurrido en días pasados en el Hospital General las Américas, Ecatepec, el cual fue irrumpido por personas sin ninguna precaución sanitaria, en donde, palabras más o menos, aseguraron que el Covid-19 no existe y que personal médico había medicado de forma irregular e irresponsable a su familiar provocándole la muerte.
Lo anterior, evidencia la incredulidad de las personas, promueve la desinformación, desvirtúa las acciones informativas en medios oficiales y confronta, sin elementos razonables, las versiones de especialistas, epidemiólogos y médicos nacionales e internacionales.
La pérdida de personas es lamentable, pero no justifica la imposibilidad de identificar la gravedad que vive el mundo, ni la difusión de información que contradice, opaca y confronta a las autoridades competentes.
En el contexto de lo anterior, considero que la transparencia y el acceso a la información, con independencia de ser un mandato Constitucional, se tornan mecanismos imprescindibles con la oportunidad de abatir el desconocimiento y la desinformación y con la posibilidad de coadyuvar a mejorar la calidad de la relación entre gobierno y ciudadanía.
La apertura de información invita a involucrarnos gobierno, medios de comunicación y sociedad; es un acto multidisciplinario que nos lleva al ejercicio de derechos y contribuye a la conformación de un Estado democrático que, en el tejido de crisis actual, reduce actos inesperados, catastróficos e irresponsables. Al tiempo, se trata de acciones bilaterales con base en el compromiso mutuo.