Dulce Flores, una joven mexicana nacida en Tabasco, su amor por el estudio la llevó a inscribirse en la Universidad de Tijuana, no sólo dejó su tierra sino a su familia y amigos, llegó a la República Mexicana y ahí comenzó a cambiar su vida, se inscribió a un programa de intercambio en el consulado mexicano en Los Ángeles por 4 meses, fue aceptada y después de pasar varios exámenes, entregar documentos y reunir sus pocas pertenencias se mudó a esa gran ciudad.
Rápidamente concluyó su periodo de práctica profesional y debido a su gran desempeño, entusiasmo y actitud de servicio, recibió una oferta de trabajo para permanecer en la representación mexicana. Emocionada y dispuesta a construir un futuro, aceptó, recibió su visa consular A2 y su permanencia legal en los Estados Unidos estaba resuelta.
Esta tabasqueña integrante del servicio exterior mexicano y avecinada en California fue escalando posiciones, asentándose a la vida de esta gran urbe, sin embargo, de un día para el otro todo cambió, su desarrollo profesional y hasta su posibilidad de seguir en el país de las barras y las estrellas peligraron. La política migratoria del presidente Barack Obama la alcanzó, después de 10 años de renovar la visa A2 tenía que abandonar el país, el gobierno mexicano se declaró imposibilitado para actuar, su futuro parecía tener fecha de caducidad en los Estados Unidos.
En 2016, Dulce y cientos de trabajadores de los consulados mexicanos en Estados Unidos entraron en pánico, les anunciaron… “si queríamos seguir trabajando para el Consulado y permanecer en ese país debíamos buscar la manera de arreglar nuestro estatus migratorio, de otra manera tendríamos que regresar a México o quedarnos en el limbo”. Una decisión difícil porque ya llevaba casi 10 años en Estados Unidos, no sabía qué hacer… “me sentí desilusionada, frustrada, triste después de tantos años de entrega al Consulado de México en Los Ángeles”.
Ante su incierto futuro Dulce sólo tenía una certeza “no quería quedarse indocumentada en territorio estadounidense” su opción entonces parecía sólo una, regresar a México. Las vueltas de la vida la llevaron a conocer a Nicole Miceli en el Internet, nos tratamos durante 3 meses, nos caímos bien, nos entendimos y como consecuencia nos fuimos a vivir juntas hasta que me llegó la tremenda noticia y recuerdo bien lo que le dije…”si quieres seguir conmigo va a tener que ser a larga distancia o tendrás que venir a vivir a México a lo que me dijo que se vendría conmigo y empezamos a planear nuestra vida juntas en México”.
Nicole le propuso a Dulce que se casaran ya con certificado pidió a migración su residencia y acaba de recibir su “green card” temporal.
@ncar7