Una perrita que murió en el espacio, se llamaba Laika

Una vez, una perrita de nombre Laika fue lanzada al espacio exterior en el satélite ruso Sputnik 2 el 3 de noviembre de 1957 (hace más de 60 años) fue la primera vez que un ser vivo abandonó el planeta Tierra.

Laika jamás regresó a la tierra, es decir, murió en el espacio exterior. Además de esta perrita, de 1948 y 1961, 48 perros, 15 monos y dos conejos estuvieron en operaciones espaciales.

Por accidentes ocurridos rumbo al espacio, 27 animales murieron. Pero Laika fue la única que murió en el espacio exterior.

Nikita Kruschev estuvo al frente de la Unión Soviética dos años después de la muerte de Joseph Stalin, y durante la Guerra Fría disputó con los Estados Unidos la carrera espacial.

Dentro de la carrera espacial, Rusia mandó el primer satélite desocupado, y el 4 de octubre de 1957 entró en órbita.

Para el 40 aniversario de la revolución comunista, Kruschev recibió como propuesta enviar a un perro al espacio, pues en ese tiempo no había garantías sobre el retorno del satélite a la Tierra.

El viaje de esta perrita no fue más que adelantar su muerte en tan solo 6 horas.

Por su parte, el gobierno soviético dijo que Laika murió sin dolor luego de estar una semana en órbita. Sin embargo, murió seis horas después del lanzamiento, debido a problemas respiratorios y un paro cardíaco provocado por el sobrecalentamiento de la cabina.

En 2002 en el World Space Congress, en Houston, Texas, Dimitri Malashenkov, del Instituto para Problemas Biológicos de Moscú demostró la muerte de la perrita Laika.

El tamaño de la nave en la que fue enviada Laika fue del tamaño de una lavadora, y tenía un regenerador químico del aire.

Además, llevaba un sensor en las costillas que medía su respiración y su pulso en la arteria carótida.

Por medio de los sensores, se supo que en el lanzamiento, el ritmo de las pulsaciones de la perrita aumentó tres veces más que si estuviera en reposo, debido al estrés.

La temperatura en la nave llegó a los 40 grados centígrados.

Luego de seis horas, por medio de los sensores se registró un paro cardíaco.

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