La situación de los pueblos indígenas en México es un tema que merece una atención urgente y profunda. A pesar de que la Constitución reconoce sus derechos a la autodeterminación, la autonomía y la educación, la realidad es que estas comunidades siguen enfrentando numerosos desafíos y dificultades.
Una de las principales preocupaciones es la marginalización en la que viven la mayoría de los indígenas, especialmente en el contexto de la pandemia de COVID-19, que ha afectado de manera desproporcionada a estas comunidades. Las condiciones de vida en muchas de ellas son precarias, con acceso limitado a servicios básicos como la salud, la educación y el agua potable. La falta de infraestructura adecuada, de tecnología, y de oportunidades de desarrollo económico ha perpetuado la pobreza en estas comunidades, generando un ciclo difícil de romper.
Además, se han reportado conflictos relacionados con la interpretación de los sistemas normativos de autogobierno, lo que ha generado tensiones en algunas comunidades. La coexistencia de los sistemas de justicia indígena y el sistema judicial nacional ha sido un tema de debate y ha planteado desafíos en la aplicación de la ley y la garantía de los derechos individuales y colectivos de los indígenas.
Por si fuera poco, la presencia de los grupos delincuenciales en territorios como Guerrero, Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Tamaulipas, Sonora, Baja California, Colima, Michoacán, entre otras, ha llevado a estos grupos indígenas mexicanos a desplazarse de sus territorios de manera forzada; huyendo del peligro de perder sus vidas.
Otro problema grave es la falta de consulta adecuada a las comunidades indígenas en decisiones que afectan directamente sus territorios y recursos naturales. Esto ha llevado a críticas contra el gobierno por no respetar los derechos de los pueblos indígenas y por imponer proyectos de desarrollo sin su consentimiento. La falta de reconocimiento y respeto a la cosmovisión y los valores culturales de los pueblos indígenas ha contribuido a la pérdida de identidad y al debilitamiento de sus comunidades.
En cuanto a las mujeres indígenas, se enfrentan a una doble vulnerabilidad debido a su condición étnica y de género. Sufren racismo, discriminación y violencia, y tienen un acceso limitado a servicios básicos como la atención médica y la educación. Esto se agrava por la falta de dominio del idioma español en muchas comunidades indígenas, lo que dificulta aún más su acceso a la justicia y a los servicios públicos.
Así, la situación de los pueblos indígenas en México es preocupante y requiere una acción urgente por parte del Estado mexicano y la sociedad en su conjunto. Por este motivo, es necesario que Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, se manifiesten de manera pública en cómo resolverán este urgente tema. Después de todo, alguno de ellos, se convertirá en el relevo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es necesario respetar y garantizar sus derechos a la autodeterminación, la autonomía y la consulta, y asegurar que tengan acceso a servicios básicos y a un ambiente seguro y propicio para su desarrollo; de no proteger a estos grupos originarios, perderemos una parte importante de nuestra democracia.
*Periodista | @JoseVictor_Rdz
Premio Nacional de Derechos Humanos 2017