En los primeros días de este año 2022 quien fuera candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Benito Juárez en la Ciudad de México, Rodrigo Cordera, subió un video que de inmediato incendió las redes sociales bajo la etiqueta #VacacionesDignasYa.
En él plantea un problema que debe importar a todos los que alguna vez hemos sigo empleados o hemos generado empleos: Los poquísimos días de vacaciones que la legislación mexicana otorga a quienes tienen una relación laboral subordinada.
De inmediato se sumaron muchas voces y manos, dentro y fuera de MC, para construir e impulsar una propuesta legislativa viable. Hubo, claro, quienes de inmediato vieron esto como una inoportuna fuente de tensión para las relaciones ya de suyo desgastadas entre los factores de la producción en la economía mexicana.
El planteamiento de Cordera es importante en varios niveles:
El primero, a nivel Derechos Humanos. La vida de un ser humano no puede transcurrir con una base vacacional de 6 días al año que va aumentando en medida que el trabajador construye antigüedad en un empleo. Una persona plena, feliz y socialmente productiva requiere espacios de recuperación física, mental y emocional del desgaste natural que significa el trabajo cotidiano. Es indispensable también tener relaciones fuera del trabajo y aportar horas a la solidez emocional de las infancias.
El segundo, a nivel productividad. Existen toneladas de estudios a nivel internacional que evidencian un nexo causal entre la calidad y cantidad de vacaciones pagadas que reciben los trabajadores y la calidad y productividad de su trabajo. Pareciera que, así como la capacitación es reconocida como una herramienta para incrementar la productividad, el bienestar que se produce en el trabajador y su entorno derivado del incremento de vacaciones pagadas también lo es. No es el caso de México, aquí se reconoce la utilidad práctica de la capacitación, pero no así la del descanso.
Un tercer nivel, no menos importante, la frescura política que sirve como prueba de que en nuestro país existe un sector propositivo en la oposición que no solamente está tratando de construir una narrativa de confrontación y cuya actividad se reduca a, la hasta hoy poca exitosa, narrativa de confrontación.
También resulta refrescante ver que Movimiento Ciudadano en general, y el Movimiento Chilango en particular, son estructuras horizontales en donde los militantes y simpatizantes son libres de alzar la voz e impulsar causas que los mueven, sin la necesidad de un guiño complaciente o autorización expresa de los liderazgos autoritarios verticales como sucede en los partidos tradicionales.
Estoy seguro de que en torno a #VacacionesDignasYa se unirán no solo los partidos y representaciones de los trabajadores sino que también quienes asesoran a las asociaciones de patrones sabrán entender con altura de miras que lo que inviertan en vacaciones pagadas para sus trabajadores lo recuperarán con creces en productividad.