Columnas
*La peor señal es que los consumidores están dispuestos a dejar de comprar o adquirir menos alimentos
El comercio mundial enfrentará la época de mayor bonanza y dinamismo, al menos en teoría, con el consumo global en picada.
Eventos como el Black Friday en Estados Unidos y las campañas de navidad, marcan un antes y un después para los comercios en el mundo; de hecho, muchos de ellos logran recuperarse en estas temporadas de un mal año. Lo peor es que justamente la perspectiva indica que la situación no mejorará.
Incluso, todos los indicadores muestran ya cifras en rojo, o muy cerca de dicha situación.
Los datos de NIQ, anteriormente Nielsen, muestran una caída en volumen del 0.2 por ciento en los nueve primeros meses del año.
En zonas como Europa las cifras de empresas como Acotex, en el sector textil, reflejan una caída de las ventas del 3.7 por ciento en octubre; otros datos indican que solo el 57 por ciento de los consumidores comprarán durante el Black Friday, siete puntos abajo del año pasado, cuando hasta el 64 por ciento mostraba intenciones de comprar.
En Europa, Estados Unidos o América son muchos los especialistas que señalan que el consumo va a la baja desde hace ya varios trimestres.
Se considera que en muchas partes del mundo los consumidores han estado utilizando sus ahorros ya sea con origen propio o bien derivados de prestaciones gubernamentales, para seguir financiando su consumo, pero eso está en vías de extinción.
Ahora por el contrario, otra tendencia indica que la gente está gastando menos porque hay desconfianza por parte del consumidor, provocando que los precios suban de forma muy sustancial.
En este contexto, los pequeños comercios son los que más sufren con las subidas de los costos, pero no pueden hacer grandes descuentos de cara a este Black Friday o en la temporada navideña.
Por lo tanto, puesto que la situación económica es peor que la del año pasado, en consecuencia las perspectivas también lo son.
En algunas regiones, ante la reducción de la capacidad de gasto los consumidores compran menos alimentos, y evidentemente sacrifican otros gastos en diferentes productos y servicios.
Para la mayoría de los expertos, las previsiones reflejan un estancamiento o incluso un ligero descenso del consumo.
En Europa por ejemplo los análisis señalan que el 31 por ciento de los consumidores comprará menos carnes y pescados para ahorrar durante la próxima navidad.
Adicionalmente hasta un 19 por ciento reducirá el gasto en frutas y hortalizas.
Es decir, las señales en el mundo son alarmantes porque la teoría económica dice que lo último que los consumidores dejan de comprar o reducen su gasto es en alimentos, cuando esto sucede quiere decir que las cosas están muy mal. ¿Será?