En Estados Unidos más de 100 millones de personas votaron de manera anticipada o por correo postal en las elecciones presidenciales, muchas más que en otros procesos similares, muchas más de las que acudieron a las urnas el pasado 3 de noviembre. Los estadounidenses utilizaron la opción que les permite su normatividad, ideal en tiempos de pandemia para evitar contagios. En total, entre el ganador Joe Biden y el actual presidente Donald Trump sumaron alrededor de 150 millones de votos. El voto postal superó al presencial.
¿Y en México qué se hará para proteger de la pandemia a ciudadanos que participarán en el proceso electoral del 2021?
No hay garantía para dar por hecho que en poco más de seis meses todo habrá vuelto a la normalidad o que todos estarán vacunados contra el virus. Sería riesgoso descartar el escenario pandémico o no preparar un plan para considerar el voto postal o electrónico.
Para los mexicanos, ya existe la posibilidad de votar por correo postal y correo electrónico, pero nada más para los residentes en el extranjero. En el 2018 votaron 180 mil de un total de 11 millones, por vía postal y depositando boleta en módulos instalados en sedes diplomáticas. El Internet se estrenaría apenas en el 2021.
¿Y para los que viven en territorio nacional?
Quizás partidos y autoridades electorales tengan dudas sobre el servicio postal, en la seguridad o rapidez, aunque hasta ahora no han objetado ni bloqueado el voto que llega por esta vía desde el extranjero.
Por internet, hay la certeza de que sería inviolable.
La UNAM y la empresa internacional Deloitte, a petición del INE, auditaron el método sobre su seguridad y confiabilidad. Pasó la prueba y se va a usar en el proceso del próximo año, únicamente en beneficio de los mexicanos que residen en el extranjero. A estas alturas pareciera imposible ampliar el beneficio electrónico para quienes viven en el territorio nacional. Es una alternativa que no ha considerado el poder legislativo, para ordenar al INE que se haga. Nunca es tarde para explorar y analizar su viabilidad, por la salud de los mexicanos.
Sería ideal, sobre todo cuando no se ve fecha para remontar la pandemia. Si esta vez no se puede el voto electrónico en el país, seguir por ese camino hacia la elección presidencial del 2024, por los ahorros que representaría en papel y una forma sencilla para votar desde casa.
Por lo pronto, establecer las medidas sanitarias para que la gente vaya a votar, con el mínimo o cero riesgo de ser contagiado.
Incluso, superar el protocolo utilizado en los pasados comicios locales de Hidalgo y Coahuila, porque viene una elección crucial donde están en juego la Cámara de Diputados y 15 gubernaturas.
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