LA CNPAJosé Narro Céspedes
Senador por Morena
(Si se hubieran llevado los restos del general Zapata)
“nos habrían quitado lo único que nos queda,
nuestra única riqueza, nuestro símbolo.
Durante la conmemoración del 60 aniversario del asesinato del general Emiliano Zapata, el 7 de abril de 1979, en la Unión de Ejidos que lleva su nombre en el oriente de Morelos, Mateo Emiliano Zapata, hijo menor del caudillo, anunció la celebración de un Congreso del Movimiento Nacional Plan de Ayala (MNPA), con motivo del Primer Centenario del natalicio del general Zapata. Los campesinos y veteranos zapatistas presentes, que en muchos años sólo habían presenciado actos del gobierno para recordar al héroe agrarista, quizá por primera vez se sintieron entre los suyos y pudieron proclamar a los cuatro vientos “Zapata es nuestro, no de ellos”.
La represión desatada por el gobierno de José López Portillo, así como el anuncio de que para 1981 debería quedar concluido para siempre el reparto agrario, fueron los detonantes para la emergencia de un fuerte movimiento agrario con acciones en la mayor parte de la república.
Decenas de ancianos que hicieron guardia ante la tumba del General, para impedir que sus restos fueran trasladados al Monumento de la Revolución de la ciudad de México, dieron una lección de resistencia y dignidad que no tuvieron los hijos del general Zapata. Estos mismos hombres de cabeza blanca y con bastón en la mano, fueron el factor decisivo para persuadir al gobierno de José López Portillo de que los restos del General quedaran en su tierra.
La irritación de los hombres del campo fue creciente y se hizo incontenible. Del 12 al 14 de octubre de 1979, se realizó el Primer Encuentro Nacional de Organizaciones Campesinas Independientes, en Milpa Alta, D.F. El Encuentro concluyó con la creación de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), figura organizativa distinta a una “central”, con una clara independencia respecto del gobierno y de los partidos políticos. Su lema sería “Hoy luchamos por la tierra, mañana por el poder”.
Desde su surgimiento la CNPA rescata el símbolo agrarista del zapatismo, así como su ideología y programa. La presencia física de los viejos zapatistas, cansados de los engaños y promesas incumplidas del gobierno, imprimen a la nueva convergencia campesina un carácter militante y activo.
La tierra era la demanda central de todas las organizaciones que conformaron la CNPA, las demandas de la CNPA se resumieron en seis puntos: 1) continuación del reparto de latifundios abiertos o encubiertos, 2) ejecución de resoluciones presidenciales y agilización del trámite agrario, 3) respeto a la posesión de las tierras de ejidatarios y comuneros, 4) derecho a organizar la producción y comercialización de manera independiente con créditos suficientes, 5) democratización en el campo, respeto a la organización independiente de campesinos y asalariados agrícolas y 6) alto a la represión en el campo y liberación de campesinos presos.
De la misma manera, la naciente CNPA manifestó su solidaridad con las luchas revolucionarias en América Latina, y en particular con la Revolución Cubana, con el Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua y con las luchas de liberación nacional de El Salvador y Guatemala.
La CNPA es el principio del camino de muchas luchas a favor del campo, de su gente, de sus sueños y anhelos, es la organización que sueña con hacer realidad los objetivos de las luchas zapatistas, los cuales, lastimosamente, hoy siguen vigentes, haciendo realidad el hecho de que ¡Zapata Vive y la Lucha Sigue!