Desde que llegó la pandemia del coronavirus a México no hay día que no me pregunte, y creo que todos lo hacemos, si seremos victimas de esta enfermedad que ya mató a más de setenta mil personas en menos de seis meses.
Enterarme de que Cuauhtémoc Cárdenas está atravesando por esta dura experiencia me duele; primero, por ser un hombre de edad avanzada y; segundo, porque tuve el privilegio de convivir con él como candidato a la Presidencia y luego como jefe de Gobierno del Distrito Federal. ¿Cómo es él?
No pretendo hacer a través de estas líneas una biografía de un hombre que todos, hasta las nuevas generaciones, conocen o han oído hablar de él, pues fue el pionero o mejor dicho el precursor de la democracia en México. A él, junto con otros personajes de la política como Heberto Castillo, se le debe que se iniciara en nuestro país una etapa de izquierda justa, que nos urgía a los mexicanos.
Abanderó la salida de varios integrantes de renombre del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para crear un partido que nos diera esperanza de democracia, y así fue, con él nació el PRD, el que se identificaba con el sol amarillo y el cual abrazó mujeres y hombres de primer nivel que forman parte de la lucha histórica por arrebatarle el poderío al PRI: no había otro.
Confío en que la grandeza de Dios y la fortaleza del ingeniero Cárdenas lo saquen del trance de salud que esta padeciendo y hago votos para que pronto nos enteremos de su recuperación, porque el país lo necesita.
Como reportera se me encomendó en el diario Ovaciones, en el que laboraba cubriera la segunda campaña presidencial de Cárdenas, la primera había convulsionado al país por el fraude electoral tan descarado y vil que le hicieron desde la Secretaría de Gobernación, entonces dirigida por Manuel Bartlett, y que llevó finalmente a la presidencia a Carlos Salinas de Gortari.
Pacifista cómo es, Cárdenas no envolvió al país en llamas, sino recurrió a las denuncias públicas y; finalmente, a esperar por segunda vez ser el candidato del PRD a la presidencia. Cubrir su campaña fue una gran experiencia, a donde quiera que llegaba lo esperaban con el mariachi y el tema de la tierra que lo vio nacer: Caminos de Michoacán. La gente lo quería y respetaba.
También, cubrí su tercera campaña por la presidencia de México y luego parte de su administración como jefe de Gobierno del Distrito Federal, siempre fue un hombre amable y muy corto de palabras, pero con un gran compromiso con México. Su legado es amplio y trascendental porque fue quien abrió las puertas para que la izquierda gobernara esta gran Ciudad de México y ahora, en la persona de Andrés Manuel López Obrador, la presidencia de la República.
El Covid19 no detendrá a Cuauhtémoc Cárdenas.