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“No quería ser uno más del montón”: Isaac “El Pitbull” Cruz

“No quería ser uno más del montón”: Isaac “El Pitbull” Cruz

Deportes lunes 11 de abril de 2022 -

Por Elia Cruz Calleja

La venda gira, recorre la mano extendida hacia arriba primero y, luego, para abajo. El puño se va cerrando y la larga tela blanca va a la derecha, en seguida regresa, ahora va hacia la izquierda, envolviendo la extremidad derecha, el movimiento mecánico, acompasado, rítmico, continúa, ahora coronando los nudillos con fragmentos de algodón, que rematan la obra. Es turno ahora es para la mano izquierda, el second sigue el mismo ritual con celeridad y precisión, sobre un cojín de entrenamiento…

El sonido de fondo, sin embargo, no son solamente los golpes a la pera, el costal o los pasos sobre la lona del cuadrilátero, también aparece la voz del trombonista y cantante estadounidense-puertorriqueño Willie Colón inundando el espacio cerrado del gimnasio Casa Popular, en la alcaldía La Magdalena Contreras: “…en la sala de un hospital/ a las 9:43/ nació Simón/ es el verano del 56/ el orgullo de don Andrés/ por ser varón… No se puede corregir a la naturaleza/ palo que nace dobla’o/ jamás su tronco endereza”.

Como si se tratara de una función estelar, casi en pleno mediodía de un jueves cualquiera y bajo un sol apremiante, que atraviesa inclemente el acrílico del techo, comienzan a llegar grupos de mujeres jóvenes, niños de la mano de sus padres y hombres de todas las edades. Intentan disimularlo, pero lo saben, hoy es uno de esos días, uno en los que el gimnasio del deportivo de la colonia San Jerónimo Lídice se transforma en la sede de un espectáculo profesional de altísimo nivel, con toda la magia que eso implica.

Isaac ‘El Pitbull’ Cruz está listo para comenzar su segundo entrenamiento del día, 12 rounds con cuatro sparrings distintos, para su próxima pelea, la del sábado 16 de abril, en Arlington, Texas, contra el campeón olímpico y excampeón pluma, el cubano Yuriorkis Gamboa.

Se prepara a conciencia. Su equipo, conformado por tres personas —todos ellos exboxeadores profesionales y parte de su familia, por lo que lo cuidan fraternalmente— afinan los últimos detalles: le aplican vaselina en el torso; confirman que los guantes estén bien amarrados; preparan el ring; dialogan con los sparrings que enfrentará esta mañana. El calentamiento inicia con movimientos de cabeza, cintura, un poco de flexiones hasta el piso. La preparación previa es notoria. Unos 20 minutos más tarde, se hace el silencio. Todos los presentes están a la expectativa. Los deportistas se permiten un breve receso y los espectadores están expectantes. ‘El Pitbull’, como todos lo llaman en el gimnasio, salta al ring.

Cruz le conecta a su primer contrincante uno, dos uppercuts, mientras que, con movimiento rápido logra esquivar un jab, aunque recibe un gancho al hígado que responde con una ráfaga de golpes, combinación de uppers y jabs, seguidos de un gancho al hígado, mientras se escucha la voz de su tío Eduardo “Lalo” Cruz, dándole instrucciones de cómo conectar al rival. Así transcurren los 12 rounds.

Desde aquella tarde en que, regresando de la escuela se le escapó a su madre, a los 7 años de edad, y tomó un camión para irse a entrenar con su abuelo, Guillermo ‘Memo’ Cruz, justo en este mismo gimnasio de la Casa Popular, su suerte estaba echada. Era el inicio de una larga aventura, que 16 años más tarde sigue caminando paso a paso y que se ha forjado con disciplina y deseos de ser distinto.

Ese es Isaac, un hombre que a sus 23 años tiene claro lo qué quiere, pero que desde la niñez ya lo sabía o al menos lo intuía. Era un niño que ya había decidido que “no quería ser uno más del motón”.

Una inquebrantable fuerza de voluntad

Pese a que proviene de una familia de boxeadores, ‘El Pitbull’ afirma que la decisión de dedicarse al box —aunque practicó otros deportes, sobre todo futbol—, “no fue por querer seguir los pasos, la decisión fue mía por querer salir o sobresalir del montón, de esos que están en la calle y se involucran en la drogadicción o robos. Yo no quería ser uno más del motón y, creo, que lo estoy logrando”.

Y vaya que tenía a quien admirar, su abuelo, Guillermo ‘Memo’ Cruz fue de los pocos peleadores que le ganó a la leyenda José ‘Pipino’ Cuevas, en la Arena Coliseo de la Ciudad de México, en 1973. Su tío Guillermo ‘Memo’ Cruz, disputó en Tucumán, Argentina el campeonato del mundo frente a Juan Martín ‘Látigo’ Coggi, el 17 de diciembre de 1993. Otro de sus tíos, el ya citado ‘Lalo’, fue un gran noqueador que ganó 31 de sus 22 peleas por esa vía y la mayoría en el primer round; su propio padre, Isaac Cruz —ahora su mánager—, se enfrentó a grandes boxeadores como Iván Robinson o Juan “John John” Molina y, su hermano, Diego Cruz, también tuvo carrera profesional, aunque actualmente se encuentra en una pausa.

Salida del amateurismo

Gradualmente, pelea tras pelea, se tornó un púgil más competitivo y así fue pasando de los torneos regionales a los estatales y, posteriormente, a los nacionales, una experiencia que lo fue encaminando a su primera gran decepción en el deporte de sus amores: al acudir a la Olimpiada Nacional en 2012, celebrada en la ciudad de Guanajuato, al ganar la categoría infantil en los 52 kilogramos, al poblano Jonathan González por 22 puntos a 21, entonces campeón nacional. Pero no fue convocado a formar parte de la selección mexicana ni a entrenar en el Centro de Alto Rendimiento deportivo (CNAR), ni acudir a competencias internacionales.

“Fue duro porque, desgraciadamente, como sabemos, aquí en México ha gobernado la corrupción, no solamente en el ámbito político sino en todos los medios y aquí en el deporte no ha sido la excepción”, recuerda con un dejo de frustración. “Me desanimé del amateur y, bueno, le dije a mi papá: ‘sabes qué, yo ya no quiero estar en este negocio del amateur, quiero ser profesional’. Esperamos que me acercara a la edad adecuada para poder debutar y, una vez que me dieron el visto bueno, no lo dudé ni dos veces”, explica mientras rememora con la mirada decidida.

Carne de cañón

Con la misma garra que lo caracteriza, Isaac se concentró en prepararse para ascender en el boxeo profesional, no así su empresa promotora —con sede en Ciudad Juárez, Chihuahua—, en cuyos planes no se encontraba ni realmente cuidarlo y menos darle prioridad a su integridad antes de ponerle combates que pudieran dejarle jugosas ganancias. Así, le programaban peleas desfavorables y durísimas. “Nos usaban como carne de cañón”, se lamenta.

Ejemplo de esa actitud fue el combate en contra de José ‘Josesito’ Félix Jr., en el ya lejano 10 de noviembre de 2018 en Querétaro. Pactado en peso ligero, poco antes del combate le “cambiaron la jugada”, informándole que se daría en una categoría menor, en súper ligero, ¡dos categorías por debajo! de su anterior encuentro, ocurrido apenas un mes atrás, el 6 de octubre, en la Arena Coliseo de la Ciudad de México, ante el campechano José Ángel Flores Chan, a quien noqueó en el primer round.

La dieta y la estricta disciplina

El éxito de Isaac no se basa únicamente en el entrenamiento ni en las peleas que ha sostenido con grandes figuras del boxeo mundial. Ser un deportista de alto rendimiento implica otros sacrificios: el reto de la buena alimentación y el desafío de guardar una dieta propia de un campeonato mundial, su mayor objetivo en el 2022.

A escasas dos semanas de enfrentar a Yuriorkis Gamboa, el mexicano obedece las reglas alimenticias al pie de la letra, lo que implica alejarse de las azúcares, la harina y los refrescos, pero también moderarse con las frutas, tener un desayuno, comidas y cenas basadas en proteínas. Aunque su régimen parezca insuficiente, al seguir esa dieta “come como rey”, pues otras semanas ingiere únicamente jugos como desayuno, comida y cena.

Pacquiao, su nuevo promotor

Al finalizar su relación laboral con la promotora juarense —que implicó una disputa legal pues alegaban que existía un contrato vigente—, llegó el cambio profesional más conveniente que ha experimentado en su carrera.

Gracias a un amigo chiapaneco, se puso en contacto con la recién creada promotora de talentos boxísticos del único campeón del mundo que ha ostentado cinturones en ocho categorías distintas: el filipino Manny “Pac-Man” Pacquiao. “Me voltea a ver Sean Gibbons, agente de Manny Pacquiao, y como se dice le llenamos el ojo y, pues, no dudó en firmarnos. Yo creo que ya le había llegado información sobre quien es Isaac Cruz, y cuando se presentó la oportunidad no dudaron en ponerse en contacto”, explica el deportista mexicano.

Si bien Pacquiao no es el único ícono que le sirve de inspiración, pues también admira a los mexicanos Juan Manuel Márquez y Marco Antonio Barrera, al igual que al estadounidense Mike Tyson, ‘El Pitbull’ afirma que es un “gran orgullo” ser el único boxeador mexicano firmado por la promotora filipina, llamada MP Promotions.


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JA/CR

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