Columnas
En los últimos años, de manera especial después de la pandemia, hemos escuchado una y otra vez que se debe cuidar la salud mental de las niñas, niños y adolescentes, ya que, como lo informó la UNICEF, un promedio de 1 de cada 5 jóvenes de entre 15 y 24 años encuestados dijo que a menudo se siente deprimido o tiene poco interés en realizar algún tipo de actividad.
Esto como resultado del confinamiento, la alteración de sus sus rutinas, la educación y el ocio, así como la preocupación de las familias por los ingresos y la salud, provocaron que niñas, niños y adolescentes (NNyA), empezaran a vivir emociones y sentimientos como soledad, ansiedad, depresión, miedo, rabia y preocupación por su futuro, entre otros.
Muchos podríamos pensar que ya esas emociones y sentimientos debieron de haberse superado, sin embargo, al no ser atendidas y en muchos casos subestimadas, no han sido superados por muchos NNyA, generando otros tipo de situaciones de crisis o problemas que deben atenderse de manera efectiva y pertinente, ya que “El hecho de no ocuparse de los trastornos de salud mental de los adolescentes tiene consecuencias que se extienden a la edad adulta, perjudican la salud física y mental de la persona y restringen sus posibilidades de llevar una vida plena en el futuro”, han afirmado la OMS y la UNICEF.
Por eso, es de reconocerse que, en el pasado mes de noviembre, en la LXI Legislatura del Estado de México, el diputado Rigoberto Vargas Cervantes, presidente de la Comisión Especial de los Derechos de las Niñas, Niños, Adolescente y la Primera Infancia, presentó la Iniciativa con proyecto de decreto, mediante la cual se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de México para garantizar la Salud Mental y Apoyo Psicosocial de este grupo etario ponderando el interés superior de la niñez.
Argumentando, entre otros datos, los generados por el Hospital Psiquiátrico Infantil “Dr. Juan N. Navarro” de la Secretaría de Salud, en donde se ha informado que en ese nosocomio “mensualmente entre 600 y 700 niñas, niños y adolescentes acuden a consulta psiquiátrica por primera vez, principalmente por depresión y ansiedad, y en muchos casos estos padecimientos están acompañados de conducta suicida; es decir, con pensamientos de muerte, autolesiones; ideación, plan e intento suicida”.
Además de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, registró que una de cada cuatro personas en el país requiere atención a la salud mental y solo 2 de cada 10 la recibe, en tanto que en la Encuesta de Nacional de Salud (ENSANUT), apuntó que, durante 2020, 1,150 niñas, niños o adolescentes en México decidieron suicidarse.
En la Asamblea General de la ONU se ha dado un gran paso al respecto al ser votada a favor por unanimidad la la Resolución A/77/L.777, “Salud mental y apoyo psicosocial”, presentada por el Dr. Juan Ramón de la Fuente, manifestando que es importante “garantizar el acceso a los servicios de salud mental y el apoyo psicosocial de una manera incluyente”, ya que “reconocer la importancia de la salud mental es admitir la dignidad y el bienestar integral al que tenemos derecho todos sin excepción”.
Esperemos que iniciativas como esta, se repliquen por todo el país, y que ojalá den el gran paso y se concreten en la aprobación, con todo lo que esto implica, del derecho a la salud mental y apoyo psicosocial que deben tener NNyA.
Dra. Rosalía Zeferino Salgado
Asesora en Comunicación Estratégica
e Imagen Pública