@onelortiz
Audio: https://youtu.be/7v7bVMzhdC8
¡Adiós al horario de verano! Después de 26 años, el horario de verano terminó. De acuerdo al diccionario, el tiempo es una magnitud física con la que se mide la duración o separación de acontecimientos. El tiempo permite al Hombre ordenar los sucesos en secuencias, estableciendo un pasado, un futuro. La medición del tiempo es uno de los grandes inventos de la Humanidad.
Lo que debería ser un tema eminentemente físico tiene mucho de político. Para ilustrar lo dicho, basta recordar el calendario gregoriano, originario en Europa, actualmente utilizado de manera oficial en casi todo el mundo. Se llama así, porque su promotor el papa Gregorio XIII promulgó su uso por medio de la bula Inter Gravissimas. A partir de 1582, sustituyó gradualmente al calendario juliano, utilizado desde que Julio César lo instauró en el año 46 a. C. El calendario juliano era, básicamente, el calendario egipcio, el primer calendario solar conocido que estableció la duración del año en 365. 25 días.
El calendario gregoriano se originó a partir de un estudio en 1515 por científicos de la Universidad de Salamanca, y de un segundo en 1578. Del primero se hizo caso omiso y del segundo, finalmente, surgió el actual calendario mundial.
En 1996, cuando el horario de verano se impuso en México, se dijo y se repitió hasta el cansancio que era una medida necesaria para modernizar al país. Dijeron que su aplicación fue necesaria para sincronizar a México con el resto del mundo y los negocios. Así como, para ahorrar miles de millones de pesos porque se utilizaría mejor la luz solar.
Después de dos décadas y media, los estudios realizados por universidades, cámaras empresariales y centros de investigación, concluyeron que ninguno de los beneficios anunciados fue cierto.
Andrés Manuel López Obrador nunca estuvo de acuerdo con la aplicación del horario de verano. Recuérdese que cuando fue Jefe de Gobierno protagonizó un duro debate con el entonces presidente Vicente Fox por el uso horario en la CDMX.
El horario de verano nunca fue popular entre la población. Las quejas por desajustes biológicos eran constantes y sus supuestos beneficios, intangibles. Al final del día. El horario de verano fue una bandera política, cuyos efectos en la economía fueron mínimos, pero en vida cotidiana de la población tuvo impactos importantes en el lapso en que el cuerpo se adapta. Lo cual ocurre en una semana al inicio de cada uso horario.
A contra corriente de la mayoría, a mí me gustaba el horario de verano. Me deprime cuando el sol se oculta temprano. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?
PD. Nos vemos hoy 31 de octubre en la noche. Salón Los Ángeles, celebremos los 36 años del CEU. ¡Que la rumba siga!