@onelortiz
https://youtu.be/ESf5UGyfXEM
Aquel PRD de mis recuerdos desapareció. Formalmente nació el 5 de mayo de 1989, pero su momento fundacional ocurrió en la madrugada del 6 de julio cuando inició la lucha por la defensa del voto y la transición a la democracia. El Frente Democrático Nacional asumió una decisión fundamental. Entre la disyuntiva de llamar a la insurrección social para impedir el fraude o luchar electoralmente para llegar al poder, el Frente eligió la construcción de un partido.
Por tres décadas, el PRD fue la fuerza social de izquierda más importante del país y el principal opositor al neoliberalismo. Miles de marchas, mítines, plantones, huelgas de hambre, en defensa del voto. Su voz fue fundamental en el Congreso de la Unión y en la solidaridad con los principales movimientos sociales.
Ahora el PRD se encuentra muy cerca de perder su registro como partido político nacional; no gobierna ningún estado, su presencia en el Congreso es marginal, vive atado a una alianza con el PAN y el PRI. Lo más grave, carece de proyecto, rumbo, liderazgo y cada día cuenta con menos militantes.
¿Cómo el PRD llegó a esta situación? Recordemos dos cosas, una de tipo estructural y repasemos algunas decisiones que parecían coyunturales, pero resultaron trascendentales.
El PRD vivió en torno a dos liderazgos fuertemente personalizados. Cuauhtémoc Cárdenas de 1988 a 2000 y Andrés Manuel López Obrador de 2000 a 2012. Nunca se consolidó como un partido. Después del triunfo de Enrique Peña Nieto, AMLO salió del PRD. Los liderazgos partidarios, la fuerza de las corrientes y sus gobiernos locales, no pudieron suplir el arrastre de masas del ahora Presidente. No hubo interés por fortalecer al partido, se dejó a un lado la movilización y la construcción de una propuesta convocante a la sociedad.
Entre las mala decisiones. La firma del Pacto por México. El PRD se sumó a un acuerdo donde, si bien algunas de sus propuestas fortalecían la democracia, su parte esencial fueron cambios estructurales contrarios a su proyecto, como las reformas educativa y energética. Tampoco se deslindó de manera contundente de Ángel Aguirre y de los Abarca en el tema Ayotzinapa.
No sumarse a la campaña de Delfina Gómez a la gubernatura del EDOMEX en 2017. En ese momento, AMLO lanzó la convocatoria para apoyar a Morena en 2018, el PRD mantuvo la candidatura de Juan Zepeda, que al final perdió, luego fue senador y abandonó las filas perredistas.
La alianza con el PAN en 2018. Error fundamental. La dirección del PRD menospreció a la militancia y a una inmensa mayoría de su cuadros, al suponer que aceptarían una alianza con el PAN para la elección presidencial. El error lo repitieron en 2021 y todo apunta que también asi será en 2024.
La política es de bronce.