París es una ciudad amada por muchos, de las más visitadas del mundo, fascinante, perfumada, platos y vinos gourmet, que exige recorrerla de punta a punta, por su belleza, por su historia.
Todavía en emergencia, testigo de diversos episodios, consecuencia directa e indirecta del coronavirus. Aquí va el salto de la bondad al abuso, que sirva de experiencia para quienes aman el turismo.
Daño colateral del Covid-19 que a nadie se le desea. Drama, angustia, miedo e impotencia.
Imagina, medianoche, llegas cansado a la capital de Francia después de viajar por tren, a la última escala que prácticamente solo incluiste en el itinerario para de ahí hacer el regreso a México.
Cuando la joven pareja de mexicanos, hombre y mujer, organizó su viaje, con meses de anticipación, ni la menor idea de la situación que se iban a encontrar en la ciudad francesa.
Boletos de avión, tren y reservaciones de hotel, confirmadas. No habían descuidado ningún detalle. Enterados de lo que pasaba en Francia, volvieron a llamar a la agencia de viajes Price Travel para asegurarse que no tendrían problema alguno para su hospedaje.
Llegaron con sus maletas al Hotel Baldi, tres estrellas, modesto. Estaba cerrado, puertas y ventanas, luces apagas, tapizados los accesos. Angustia inmediata en sus rostros, sudor en manos, intercambio de miradas con interrogantes. En la calle, próxima la medianoche. Volteaban para todos lados y no veían a nadie. La grabadora telefónica de la agencia de viajes Price Travel repetía que por la alta demanda y la situación imperante, tardarían en contestar.
¿Qué hacer?
Temían lo peor, momento estresante, hasta que apareció un ángel nigeriano, hombre moreno, sesentón encanecido, rostro endulzado por una sonrisa, quien sin dejar de ser cauto, se acercó e interrogó a la pareja.
Les hizo el milagro, era administrador del Hotel Eiffel Villa Garibaldi, a cien metros del lugar. Les ofreció y garantizó habitación a mitad de precio. La bondad de la noche en la capital francesa.
El abuso vino después, porque la agencia Price Travel, con sede en Cancún, todavía no les devuelve ocho mil pesos que le pagaron anticipadamente por el hotel que encontraron con puertas cerradas. Primero prometió devolución en 20 días, después en 30 días y ahora en dos meses (Referencia 142205778, fecha 18 marzo 2020).
Con la esperanza de que se les haga justicia, las oraciones de la pareja están dirigidas hacia Miguel Torruco, secretario de Turismo, y Ricardo Sheffield, titular de la Profeco.
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