Luego de semanas de incertidumbre entre vecinos de la colonia Nonoalco, en la alcaldía Benito Juárez, por reportes de agua con olor inusual, el Gobierno de la Ciudad de México aseguró que no existió riesgo alguno para la salud de la población y anunció el cierre definitivo del pozo contaminado en Álvaro Obregón.
Según un comunicado oficial, el pozo Alfonso XIII fue identificado como el origen de la sustancia que provocó el aroma anormal en el suministro. La instalación fue clausurada de inmediato y continuará cerrada para prevenir futuras afectaciones.
Desde el 31 de marzo de 2024, fecha en que se recibieron los primeros reportes vecinales, autoridades capitalinas y federales iniciaron acciones coordinadas para detectar el origen y la composición del contaminante. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) realizó pruebas en cisternas de viviendas y edificios, todas con resultados negativos a sustancias explosivas, descartando la presencia de gasolina o riesgo de explosión.
Investigaciones posteriores apuntaron a que la sustancia contenía altos niveles de azufre, característica de compuestos industriales fabricados hace más de 40 años, lo que sugiere que el agente contaminante no proviene de fuentes actuales. Además, se inspeccionaron talleres mecánicos, gasolineras, construcciones y sistemas de drenaje cercanos al pozo, sin encontrar anomalías recientes.
Las autoridades capitalinas reiteraron que el agua distribuida actualmente en la zona es segura para el consumo humano, y subrayaron que el monitoreo y respuesta a la situación se realizó de forma oportuna y responsable. El caso, concluyen, ha sido atendido sin poner en riesgo la salud pública.