Por Andrés Atayde, Presidente del PAN CDMX
Tras la pasada derrota electoral propinada por las y los capitalinos a los malos gobiernos de Morena en la ciudad, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y su equipo político, se apresuraron a minar el camino de la oposición buscando obstaculizar su trabajo y resultados, y así evitar una mayor debacle de Morena hacia al 2024.
Primero, fue el cambio de un hombre recto, conciliador e inteligente como Suárez Del Real, por Martí Batres con un perfil de mano dura, cerrado y que más parece un dirigente político, que un secretario de gobierno.
Posteriormente, detuvieron los periodos de transición en las alcaldías, mientras ganaban tiempo para que de la manera más burda y descarada, comenzaran a publicar acuerdos administrativos que restan facultades a las próximas autoridades electas.
El nombramiento de mini-delegados en cada alcaldía; la prohibición de usar cromáticas en los programas exitosos locales; aplazar el Plan General de Desarrollo y el Programa General de Ordenamiento Territorial y eliminar la atribución de las alcaldías para autorizar anuncios, verificar y sancionar; son solo algunos de los obstáculos planeados desde la sede del Gobierno capitalino en venganza para frenar el trabajo y resultados, de quienes por el voto ciudadano, serán las y los próximos alcaldes de 9 de las 16 alcaldías en la ciudad.
Hoy, a mitad apenas del camino, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, no solo busca concentrar todo el poder en manos del grupo político más férreo y combativo de Morena, sino que ya abandonó las tareas propias de gobernar para volcarse de lleno a sus aspiraciones de ser la elegida por el Presidente para sucederlo en el Palacio Nacional. Hoy, es más fácil encontrarla visitando algún estado de la República, que atendiendo los temas de la ciudad.
Se les olvida al grupo gobernante la voz y voto de las y los ciudadanos el pasado 6 de junio. No han entendido que tienen que empezar a gobernar con pluralidad y que a partir de la entrada en funciones de las y los nuevos concejales, diputados y alcaldes, tendrán que escuchar su voz y opinión para gobernar esta ciudad.
Sheinbaum y la ciudad van de mal en peor. Pero no todo está perdido. Los próximos tres años son una oportunidad para enmendar el rumbo y aplicar en más de la mitad de la ciudad aquellos programas que desde la oposición hemos implementado y han tenido éxito, como el programa de seguridad Blindar BJ, las estancias infantiles, la Universidad de la tercera edad y los programas sociales en beneficio de la salud y economía de las y los capitalinos.
En Acción Nacional estamos listos. Atenderemos el mandato de la ciudadanía en las urnas para construir una mejor ciudad que cambie la realidad que actualmente vivimos.