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Contra todo pronóstico y apuesta de quienes no saben perder, los nombres que ha dado hasta ahora la virtual presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, son perfiles de primera, personajes con trayectoria y experiencia. Ninguno ni ninguna improvisados.
Se han equivocado aquellos que daban por hecho que habría nombres ajenos a las responsabilidades que les han sido asignadas, que empezarían de cero, sin saber nada del encargo.
¿Se acuerdan de Luis Videgaray Caso, quien en el gobierno de Enrique Peña Nieto fue designado secretario de Relaciones Exteriores y que antes de asumir la secretaría dijo que aprendería, a partir de cero, lo que representaba la cancillería, porque lo suyo y dominaba eran las finanzas?
En contraste, Claudia Sheinbaum, en la secretaria de Relaciones Exteriores ha nombrado a Juan Ramón de la Fuente, respetado por su historial y calificaciones, reconocido por adversarios. Ya se vio su trabajo como representante de México en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y como integrante del Consejo de Seguridad del mismo organismo.
Egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM y de la Clínica Mayo de Rochester Minnesota. Se desempeñó como secretario de Salud en el gobierno de Ernesto Zedillo y después se convirtió en rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, hasta donde le llegaron propuestas de diversos partidos para que compitiera por la presidencia de la República en el 2000.
La condición que puso y no se cumplió es que fuera postulado por todas las fuerzas políticas. Nunca faltan los partidos mezquinos que no están dispuestos a ceder nada de lo que ven como su patrimonio personal. Y no hay que ir muy lejos para poner ejemplos de ese comportamiento: ¿Se acuerdan que para la elección de 2024 Dante Delgado ofreció que Movimiento Ciudadano tendría al mejor candidato, un plan de gobierno colosal y que competiría solo, no con aliados desacreditados?
Ni candidato ni programa de gobierno maravillosos, como les consta a todas y todos. Quedó en tercer lugar en la competencia. Y no fue más abajo porque nada más hubo tres aspirantes.
Los pesimistas también apostaron a que la economía nacional se descompondría y que el peso mexicano sufriría fuerte devaluación, sobre todo a partir del anuncio de legisladores del partido Morena de llevar adelante la reforma del poder judicial, ante el clamor del pueblo por renovar un poder con muchas manzanas podridas.
Tampoco se ha cumplido ni se va a cumplir su pronóstico, porque ya todo mundo se convenció de que la reforma judicial es urgente. Pronto volvió la tranquilidad a los mercados financieros.
¿Y a quién tiene Claudia Sheinbaum en la Secretaría de Hacienda?
Rogelio Ramírez de la O, al que la virtual presidenta electa seleccionó en primer lugar, al anticipar que lo ratificaría en el cargo. En el mundo financiero de inmediato elogió la decisión.
Los nombres que ya se conocen, cualquiera, pasa la prueba. Está claro el criterio utilizado para la selección.
Es fundamental la integración del equipo. El país necesita gente de primera en el gobierno para continuar con el proyecto de la Cuarta Transformación (4T), avalado por más de 30 millones de votos el pasado 2 de junio.
Así que, los detractores, calladitos se ven más bonitos, por lo que se refiere a los nombramientos.
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