Columnas
Dicen que amor con amor se paga, y esto cobra sentido cuando miramos al pasado y vemos que la construcción de la Ciudad de los Derechos inició desde el 2000; adultos mayores, movilidad, mejora de espacios públicos, deporte, cultura, educación, combate a la corrupción y seguridad como bien social, fueron la agenda prioritaria para AMLO cuando estuvo al frente del gobierno de la CDMX; el hombre de la transformación, tuvo claro que la seguridad al ser un bien público, trae consigo la salvaguarda de los derechos humanos y fundamentales en toda sociedad. Indudablemente, la administración de Andrés Manuel rompió el paradigma establecido de la forma de gobernar, por primera vez las políticas públicas atendieron realidades, transformaron vidas, la política sirvió al pueblo y el poder se puso al servicio de los demás.
Al llegar la sucesión, los ciudadanos hemos visto en la doctora Claudia Sheinbaum la continuidad del proyecto de ciudad que se había establecido con nuestro hoy presidente, la visión de transformar se vio materializada en una agenda progresista con perspectiva de género que incluía a todos desde sus diferencias, los derechos humanos se hicieron fundamentales porque quienes luchamos por la consolidación de un proyecto de nación lo hicimos desde la esperanza que dejaron sembrada los hombres y mujeres que iniciaron esta transformación. Hemos roto los techos de cristal que limitaban nuestras aspiraciones; somos las mujeres quienes nos plantamos, luchamos y vencemos, quienes nos comprometemos en la constante lucha por nuestros derechos y hoy nos convoca el construir el segundo piso de la cuarta transformación encabezado por la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo quien será la próxima Presidenta de México porque con ella tendremos el país de los derechos.
Cuando los derechos humanos y su protección son el centro de las políticas públicas, los gobiernos se transforman en democráticos y el pueblo se vuelve entonces más soberano, en la 4T la progresividad de los derechos humanos es esencia misma del trabajo, por ello da continuidad al proyecto de nación del que hoy somos parte, como garantía de una sociedad donde todos los derechos sean para todas las personas y la igualdad deje de ser un anhelo para convertirse en una expresión natural de vida, porque todas las personas tenemos la legítima aspiración de vivir mejor, porque si hay continuidad habrá sociedad próspera, libre, justa, incluyente y paritaria.
María Rosete
#porlosqueamamos.