Contrario al deseo generalizado de terminar con este 2020 para tratar de olvidar lo que resultó del llamado, por los orientales, el año de la rata, será para la humanidad el más recordado por sorpresivo, nocivo e interminable. Solo será un ciclo de 365 días el que concluye, no así la pandemia Covid-19 que aún se expande y está a la espera de la vacunación universal para controlarla.
Queda en manos de los pueblos y sus gobernantes reparar el daño hecho y levantar lo tirado, entre todo la economía global que los alimenta y activa. Elemento espinal, el consumo que para los analistas en México deberá recuperarse con mayor gasto público en infraestructura en los estados más afectados por desempleo.
Ayudará mucho incentivar el empleo formal y de tiempo completo; mejorar expectativas económicas y sanitarias; insistir en aumentar las pruebas masivas Covid-19 y en lo óptima distribución de la vacuna.
El Gobierno federal ha insistido que los históricos recursos que han llegado al país a través de las remesas, además de proclamarlos como parte de los logros, incentivan el consumo de las familias que las reciben, y que llegarán superarán los 40 mil millones de dólares este año, cifra nunca antes vista y en medio de la pandemia.
Remesas que son el resultado del trabajo de los mexicanos en el extranjero y que siempre llevarán entre líneas el riesgo de vida de los que buscan opciones fuera del país por no encontrarlas en México.
Sin olvidar que el 20 de enero inicia una nueva era en Estados Unidos y el presidente electo Joe Biden se ha comprometido a dejar atrás las posturas de Trump en materia de migración. Ha anunciado que continuará el esquema de “Permanecer en México” y los acuerdos de “Tercer país seguro” con Guatemala, Honduras y El Salvador.
Sin embargo, como comenta la analista Gabriela Siller no fue la administración de Trump la que más migrantes expulsó de Estados Unidos, sino la de Obama. En promedio, durante cada año de la administración de Obama (siendo Biden vicepresidente), se expulsaron al año a más de 380 mil migrantes, más que en cualquier año de la actual administración que está por debajo de 340 mil deportaciones por año.
Trabajo de los mexicanos, principalmente en Estados Unidos, que al igual que para El Salvador, Kenia, Pakistán, Bangladés, Filipinas y Sri Lanka han experimentado un repunte de los flujos en los últimos meses.
En el mundo se considera que los migrantes han ayudado a mitigar el impacto económico de la pandemia, retirando parte de sus ahorros para ayudar a sus familias en su país de origen y enviar más dinero a través de canales oficiales en lugar de en persona, mientras se benefician del acceso a ayuda estatal, incluidas entregas de dinero, en los países que los han recibido, como en Estados Unidos.
Las remesas son relativamente estables en comparación con otros flujos financieros. Eso incluye la inversión extranjera directa, que fue superara por las remesas en 2019. En tanto, los flujos de cartera, que aumentarán en el último trimestre de 2020 a su nivel más alto desde el primer trimestre de 2013, son propensos a retrocesos bruscos… Mucho se espera de las remesas y de 2021 que es solo eso, otro año.