Por José García Sánchez
El INE, a diferencia del IFE, nació en pañales de seda, con título nobiliario. Convencidos de que la verticalidad interna del instituto está más próxima a una monarquía que a la democracia, todo estaba dispuesto para darle un nacimiento digno de la nobleza.
En febrero 2014, año en que cambió de nombre y se reformaron algunas de sus normatividades internas, la derecha apadrinó el nacimiento de este nuevo engendro electoral conservador.
Para marzo de ese mismo año, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Raúl Plascencia Villanueva, (2009-2014), designó a José Antonio Lozano Díez integrante del Comité Técnico Evaluador de los candidatos a integrar el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, en su primera camada de consejeros.
Fue subdirector divisional en el área de Recuperación de Crédito en Bancomer y director de área en la Dirección General Jurídica y de Asuntos Contenciosos de la Comisión Federal de Competencia.
Todo un personaje de los bastiones conservadores por lo que se convirtió en filtro para ungir a los consejeros electorales Lorenzo Córdova Vianello, nombrado Consejero Presidente para un encargo de nueve años; mismo lapso que Ciro Murayama como consejero.
José Antonio Lozano Díez, es un jurista mexicano, Presidente de la Junta de Gobierno de la Universidad Panamericana y el IPADE, brazo pedagógico del Opus Dei, institución que se separa o adhiere al Vaticano, según sus intereses. Fue rector general del sistema UP-IPADE por el periodo comprendido entre el 20 de noviembre de 2014 al 19 de noviembre de 2020, día en que es designado presidente de la Junta de Gobierno de la Universidad Panamericana-IPADE. Entre sus libros debe destacarse: Alcance de las sentencias del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación frente a Organizaciones diversas de carácter político y social, publicado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Tiene una intervención soporífera en el programa radiofónico de López Dóriga y es sabedor de que en la cátedra de la Panamericana hay una especie de creación de cuadros políticos, donde parecían adoctrinar a los estudiantes para ver el fantasma del comunismo como algo real, como sucede en la U de G, la Anáhuac, Lasalle, etc. Lozano Díez, socio de la Panamericana ahora es coordinador de la construcción de la Ciudad Panamericana, un campus de dicha universidad de 40 hectáreas en Bosque Real, que será terminada en 2041, para 10 mil alumnos, donde se piensa crear una megauniversidad privada y confesional, incluye, desde luego, capilla, que debería ser estudiada desde su inicio.
El ITAM preparó cuadros importantes para el sexenio pasado, es hora de habilitar cuadros en otra institución educativa.
La estructura del INE está viciada de origen, su desarrollo es digno de un análisis muy profundo incluyendo auditorías y tendencias evidentes políticas y partidistas.