Defendiendo a un violador

Por naturaleza los hombres se solidarizan entre sí cuando alguno es acusado de infidelidad, acoso sexual u hostigamiento porque ninguno está libre de pecado, así que no puede salir a “tirar la primera piedra” pero que sean las mujeres las defensoras de un violador como Félix Salgado Macedonio es despreciable y pone en tela de juicio toda la verborrea sobre defender los derechos humanos de éstas.

Me pregunto si alguien todavía cree en la inocencia del senador guerrerense, quien es acusado con lujo de detalles de haber violado a dos mujeres y de amenazarlas si denunciaban públicamente la agresión.

No tiene caso detenernos a explicar la actitud de los hombres de la actual administración, pues hasta el propio presidente Andrés Manuel López Obrador consideró las acusaciones de las ofendidas como grilla política y dijo “ya chole” con ese asunto que lastima no solo a las víctimas de este político, sino a todas las mujeres mexicanas que ven, una vez más, como le importa un cacahuate a este gobierno humanista la violencia femenina.

Lo que no me cabe en la cabeza es el silencio sepulcral de las mujeres de Morena, sobre todo de las llamadas feministas quienes han linchado en más de una ocasión a políticos de otros partidos cuando ofenden verbal o visualmente a una mujer, como sucedió con un senador panista cuando éste veía desde su teléfono celular a una chica con poca ropa.

¿Dónde está la senadora Malú Micher? De ella se esperaba por lo menos alzara la voz pidiendo a la dirigencia nacional de su partido le quitara la candidatura al gobierno de Guerrero a Félix Salgado. Nada. La señora está calladita, al igual que las integrantes del gabinete, a excepción de Olga Sánchez Cordero, quien, sin mencionar el nombre del senador con licencia, pidió tener cuidado a quién se hace candidato a un puesto de elección popular.

Conocí al hoy acusado de violación cuando él era senador por el PRD y yo era reportera de Comunicación Social del Senado de la República, ya desde entonces Salgado Macedonio se comportaba groseramente con las edecanes que los atendían en las sesiones de la Cámara alta.

Siempre fue bastante corriente en su trato hacia las mujeres por lo que no se puede dudar de la palabra de quienes fueron sus víctimas sexuales. Una violación debe ser castigada sea quien sea y haya ocurrido hoy o hace veinte años, la huella de un acto sexual a la fuerza jamás se borra de la mente de las mujeres que la sufrieron, mucho menos cuando se trataba de una adolescente.

Ya impusieron a Félix Salgado Macedonio como candidato del partido guinda a la gubernatura de Guerrero sabiendo, además, que como presidente municipal de Acapulco permitió la entrada al narcotráfico al puerto y con ello la destrucción de este. Ahora hará lo mismo en todo el estado, violadores y narcotraficantes estarán felices teniendo como gobernador a uno de ellos.