Columnas
Avanzo sobre el innovador informe de IDEA Internacional, denominado “Análisis global de la desinformación dirigida a procesos electorales 2016-2022.”
Estamos ante un texto relevante, en el que solo un mexicano experto participó de manera destacada, pues encabeza esta agenda de investigación en el país. Me refiero al Dr. Rafael Morales Ramírez, excepcional científico social que forma parte del Laboratorio de Innovación Cívica de la UNAM.
El Informe señala que las narrativas utilizadas para desinformar en procesos electorales indujeron falsamente la idea de manipulación de los comicios a través de diferentes prácticas, alegando por ejemplo un manejo indebido o ilegal de las boletas, particularmente durante las operaciones de votación el día de la jornada electoral.
Se detectaron avisos como: “se descubrieron papeletas premarcadas”, “se encontraron urnas llenas de boletas”, “se utilizarán bolígrafos especiales cuya tinta se puede borrar y cambiar” y “se borran marcas de lápiz en el conteo”. La idea habría sido poner en duda la imparcialidad del proceso y la exactitud de los resultados.
Así mismo, mecanismos particularmente propensos a ataques de desinformación por parte de actores maliciosos es la implementación de arreglos de votación nuevos o la ampliación de los existentes, así como otros cambios en los procesos electorales o modificaciones legales. En este caso, las narrativas recurrentes se relacionan con arreglos especiales de votación, como el voto postal, el voto electrónico o la votación desde el extranjero.
Al presentar sus conclusiones, la investigación reveló una reacción orgánica y complementaria entre las autoridades electorales y los verificadores de hechos ante la desinformación dirigida a las elecciones. Advierte que si bien esto habla de la eficacia de un enfoque de toda la sociedad, es importante incluir a otros actores relevantes como parte de iniciativas coordinadas y que un enfoque interdisciplinario de múltiples partes interesadas puede proporcionar una respuesta más completa y eficaz a los ataques malignos en el espacio de la información.
Del mismo modo, que factores como las limitaciones del mandato de la autoridad electoral, su capacidad institucional, la cultura organizacional y el nivel de comprensión de los problemas o incluso la voluntad de abordar un fenómeno tan complejo con implicaciones delicadas, resultan determinantes de su papel e implicación en la prevención de los efectos de la desinformación.
Destaca que el papel que puede desempeñar el órgano electoral está altamente correlacionado con el contexto nacional y las percepciones con respecto a su independencia, imparcialidad y capacidad para cumplir en este sentido. “Cualquier cambio legislativo a este respecto debe ser considerado luego de consultas con las demás partes interesadas, incluidos los partidos políticos, las organizaciones de la sociedad civil, el sector de la seguridad, los medios de comunicación, etc.”
Temas de vanguardia que ya están entre nosotros, sobre los que hay que reflexionar y actuar.
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