Durante años escuchamos discursos cargados de reclamos, críticas y hasta de “nuevas rutas a seguir” para mejorar el acuerdo trilateral entre, México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, sin embargo, la realidad pone a cada uno en su lugar.
La renegociación de este acuerdo debió ser una oportunidad, según voces de los expertos, para modificar los términos del tratado con el fin de aumentar la protección a los trabajadores, al medio ambiente y abordar temas urgentes de actualizar.
Hoy, a unos cuantos años de su renegociación y al revisar la actuación de sus participantes como la dupla mexicana EPN-AMLO y Trump por otro lado, vemos que esta acción fue un gran espectáculo político basado en falacias flagrantes y cebos racistas nacionalistas.
Los presidentes salientes y entrantes mexicanos, por ejemplo… AMLO generó temor en los mercados financieros y en la comunidad empresarial nacional e internacional, mientras que los grupos que abogaban por un cambio, les generó la esperanza de que pudiera enfrentarse a las conversaciones en curso sobre el tratado. Peña Nieto esperaba concluir las negociaciones antes de que se convirtieran en un tema electoral para su partido o peor aún, para los partidarios del TLCAN antes de que AMLO fuera elegido y tuviera la oportunidad de descarrilar las negociaciones.
Así o más “dirigida” la participación mexicana que antepuso la política a todo.
Donald Trump…trató de canalizar el resentimiento que muchos trabajadores estadounidenses tenían hacia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pintando a los mexicanos como “hombres malos” que establecen los términos del pacto comercial para beneficiar a México a expensas de Estados Unidos. Incluso desde 2015 Trump se comprometió a renegociar o salirse del TLCAN y se refirió a él como “uno de los PEORES tratados comerciales jamás realizados. Estados Unidos perdió miles de negocios y millones de empleos”.
Su llamativa narrativa consiguió millones de votos y “simpatías”, pero muy poco en beneficio a su país.
Trump prometiendo exhibir sus supuestas habilidades de negociación y el presidente mexicano saliente, Enrique Peña Nieto, buscando salvar su legado teniendo en cuenta su bajo índice de aprobación y un nuevo mandatario sin proyecto de nación, así han transcurrido los primeros años de este acuerdo.
El tiempo y la realidad nos alcanzó...la realidad ubica ya a los 3 países integrantes de este acuerdo a realizar pláticas para arreglar sus diferencias en busca de evitar llegar a situaciones más complejas.
Los discursos “alegres” no se han detenido, pero cada día se alejan más de la realidad. Tan es así que este lunes, Antony Blinken, encabeza en México el Diálogo de Alto Nivel con su contraparte mexicana en un ambiente en el que se vislumbran más complicaciones, los “paneles internacionales”.
@arnc7